Más de 300 médicos, enfermeros y enfermeras, y personal técnico expertos exponen los últimos avances en la medicina del sueño. EFE/Jesús Diges

Las nuevas tecnologías, enemigas de los hábitos correctos del sueño

Pamplona (EFE).- La presidenta de la Sociedad Española de Sueño (SES), Milagros Merino, ha incidido en la influencia del uso de las nuevas tecnologías en proporción al aumento de los problemas del sueño, al que perjudica la luz artificial en horario nocturno, tanto en adultos como en adolescentes.

Lo ha señalado en una entrevista con EFE con motivo del XXX Congreso de la SES que desde hoy se celebra en Pamplona, donde más de 300 médicos, enfermeros y enfermeras, y personal técnico experto exponen los últimos avances en la medicina del sueño, un área multidisciplinar que se ocupa de los problemas que afectan a un tercio de la población, tanto adulta como infantil, con más de 80 patologías distintas.

Algunos problemas tienen fácil solución

Así, pese a que es el más conocido, el síndrome del insomnio es tan solo una de los seis grandes grupos de trastornos del sueño, que afecta a entre un 7 y un 10 % de los pacientes que tratan, mientras que el resto están aquejados del síndrome de Piernas Inquietas, apneas osbtructivas de sueño, narcolepsias (afección rara, pero de diagnóstico en alza), parasomnias como sonambulismo o terrores nocturnos, y trastornos del ritmo circadiano, que desajustan el sueño.

Algunos de estos problemas son de relativa fácil solución, señala Merino, que como ejemplo pone el de “muchos adolescentes que al tardar en dormir chatean con el teléfono móvil, la luz de la pantalla retrasa su sueño, se levantan cansados, empiezan a suspender, les tachan de vagos….”.

La presidenta de la Sociedad Española de Sueño (SES), Milagros Merino. EFE/Jesús Diges

“A lo mejor el problema es reajustar eso, y se puede hacer con muy poco, ni siquiera hay que utilizar fármacos sino suplementos nutricionales”, indica.

Especialista en neurofisiología clínica en el Hospital Universitario La Paz y en el Ruber Internacional, su experiencia en la consulta le ha habituado a ver a padres que consideran que su hijo está “enganchado al móvil. Pero los hijos hacen lo que ven”, el uso que también los padres hacen de estas tecnologías.

“En el siglo XVII se iban a la cama cuando se ponía el sol. Luego se inventó la bombilla, las televisiones, el prime time, los ordenadores, los teléfonos móviles… Todo eso va redundando en el sueño porque cada vez estamos más contaminados de luz de noche, que es la mala”, dice.

Ser mujer es un factor de riesgo

En cualquier caso, el insomnio es solo una de las patologías del sueño, una función que se activa por mecanismos cerebrales pero que también se puede ver afectada por problemas respiratorios y de otro tipo.

Por ello, en la medicina del sueño están implicados neumólogos, otorrinos, neurofisiólogos, psicologos, psiquiatras, pediatras, técnicos, dentistas, cirujanos maxilofaciales. “Todos partimos de sitios diferentes y hemos convergido a un punto común”, dice.

Apunta también que “ser mujer es un factor de riesgo”, de forma que, por ejemplo el insomnio, es entre un 40 y un 70 % más común en las mujeres que en los hombres, algo condicionado por la oscilaciones hormonales y, con la edad, por la pérdida de hormonas en la menopausia.

En cuanto a la edad y al tópico de que los mayores tienen más problemas para lograr un mejor sueño, Merino advierte de que en muchos casos es la pérdida de la rutina horaria a la que obliga el trabajo la que favorece estos problemas, unidos a la menor actividad que se tiene en la jubilación.

Las últimas tecnologías sobre el sueño pueden visitarse en Pamplona. EFE/Jesús Diges

“A veces eso es lo que provoca el problema de sueño, pero aparte está la artrosis, el parkinson, las medicaciones…” dice para apuntar solo algunos de los muchos condicionantes para lograr un sueño reparador.

Preguntada sobre si muchas de estas patologías están asociadas a hábitos de la sociedad actual, considera “complejo” determinarlo, dado que hace un siglo el sueño no se analizaba a nivel clínico.

De hecho, reitera que el uso de las nuevas tecnologías empeoran estos hábitos correctos, “pero sin ellos también habría apneas obstructivas del sueño, una patología que tenía por ejemplo Enrique VIII o que ya Dickens describía en uno de sus libros”, en el siglo XIX.

En cuanto a los avances en este área, que estos días se expondrán en Pamplona, ha valorado que los hay tanto en tecnología, por ejemplo la que se utiliza para monitorizar estos problemas a la hora de establecer diagnósticos, como en el plano farmacológico, con fármacos con menos efectos secundarios.

Edición web: Javier Rodrigo