Un exoesqueleto de mano para mejorar la movilidad. EFE/Javier Etxezarreta

Exoesqueletos, una oportunidad frente al ictus y las lesiones medulares

San Sebastián (EFE).- Los exoesqueletos hace años que dejaron de ser un invento para ser una realidad en el área de la rehabilitación y constituyen una oportunidad frente al ictus y las lesiones medualres.

De ello dan cuenta más de un centenar de pacientes que han visto cómo en algunos casos les ha cambiado la vida con la utilización de estos dispositivos en las clínicas de la empresa vasca Gogoa Mobility Robots.

Oportunidad frente al ictus


Estas estructuras electrónicas consiguen unos niveles de rehabilitación más altos en menos tiempo que las terapias convencionales, explica a EFE Carlos Fernández Isoird, fundador y CEO de Gogoa Mobility Robots.

El germen del proyecto surgió en 2012 como una iniciativa para reactivar la comarca guipuzcoana del Alto Urola en la que se estaban desmontando varias industrias tradicionales del metal.

Exoesqueleto de extremidades inferiores para ayudar a caminar. (EFE) /Javier Etxezarreta


“Encontramos que esta zona contaba con conocimiento en mecánica y electrónica” por su recorrido industrial, al tiempo que “tiene una de las poblaciones más envejecidas de Europa”. “Además cuenta con un hospital y una red de residencias y centros de día”, señala.

Empresa certificada

Tras identificar el área de la rehabilitación como uno de los de posible desarrollo, los impulsores del proyecto visitaron compañías de Japón y Estados Unidos, países líderes en el ámbito de los exoesqueletos.

En 2015 llegaron a un acuerdo con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para “licenciar” la tecnología de los dispositivos elaborados por este centro y en 2018 Gogoa Mobility Robots se constituyó como empresa, “la primera europea en certificar un exoesqueleto como equipo médico de rehabilitación” -asegura Fernández-, y en comercializarlos.

Sin embargo, la irrupción de la pandemia de covid imposibilitó que los responsables de Gogoga Nobility pudieran vender sus máquinas en los hospitales, por lo que decidieron abrir sus propias clínicas en Bilbao y en Urretxu (Gipuzkoa), que desde entonces han atendido a más de un centenar de pacientes.

Tratamiento de lesiones

En su mayoría, son personas que han padecido un ictus o una lesión medular parcial derivada de un accidente, principalmente de moto pero también de deportes como la bicicleta de montaña.

Han ayudado asimismo a diagnosticados con esclerosis múltiple y, últimamente, han acudido a las clínicas de Gogoa Mobility Robots afectados por ataxias, distrofias musculares, parálisis cerebral y algún caso de parkinson.

“En el espectro de enfermedades neurodegenerativas, obviamente no se cura la enfermad pero sí se obtienen mejoras en la calidad de vida”, reconoce Fernández.

Carlos Fernández explica el funcionamiento de un exoesqueleto de mano. (EFE)/Javier Etxezarreta

Entre las recuperaciones más espectaculares, recuerda la de una chica con una lesión medular parcial que, tras siete años en silla de ruedas, consiguió volver a andar y “hasta sube y baja escaleras”.

Un afectado por un ictus consiguió corregir el conocido como “paso del segador” -por el movimiento de batir la pierna en un círculo a ras de suelo- y ahora “se hace sus 4 o 5 kilómetros diarios”, precisa.

Calidad de vida

En otros casos, los resultados no son tan relevantes porque las lesiones son irreversibles, pero se consiguen mejoras importantes.

Un chico que se rompió el cuello en un accidente con la bici de montaña no ha podido volver a caminar, pero “por lo menos ha logrado tener la movilidad suficiente para comer de forma autónoma”.

Los tratamientos en estas clínicas privadas tienen una duración media de 3 o 4 meses, con sesiones de recuerdo posteriores, y “no son más caras que una ortodoncia”, afirma el CEO de la empresa.

Existen “ciertas reticencias” para prescribir estos dispositivos mecánicos por miedo a que los pacientes se puedan caer, pero son totalmente seguros, recalca Fernández, que recuerda que tienen una certificación de equipo médico tras haber superado pruebas duras.

El siguiente paso ha sido el desarrollo de un “laboratorio” de investigación ubicado en las instalaciones de Urretxu que medirá la actividad cerebral y muscular para diseñar mejores terapias.

Múltiples usos

La rehabilitación es una de las facetas de Gogoa Mobility, que cuenta además con una línea de exoesqueletos de uso laboral que ayudan a reducir pesos o aminorar el efecto que tienen en el cuerpo movimientos repetitivos.

Operarios que dan de comer a los animales de un zoo, cámaras de televisión, celadores que deben movilizar camillas o personas en un hospital o una residencia de ancianos, peluqueras e incluso miembros del Ejército son profesionales que ya disfrutan de la ayuda de estos robots para hacer más ligeros sus cometidos.