Bilbao (EFE).- El agro vizcaíno ha tomado y colapsado el centro de Bilbao con un centenar de tractores.
Ha hecho oír sus reivindicaciones en terreno urbano: “Sin campo no hay vida”, ha sido uno de los mensajes transmitidos.
La marcha del agro vizcaíno ha recibido el aplauso ciudadano.
Ha sido convocada por los sindicatos agrarios vascos EHNE y ENBA.
El agro vizcaíno se ha sumado de esta forma a las protestas del sector en España y en distintos países de la UE.
Tractores en la Gran Vía
Desde cerca del mediodía, los tractores, que se habían dado cita previamente en la explanada de San Mamés de Bilbao, han circulado por la Gran Vía de la ciudad.
Se han dirigido hacia El Arenal, en un marcha lenta y ruidosa, entre pitidos y ruido de cencerros.
La marcha ha sido aplaudida a su paso por numerosos viandantes, muchos de ellos teléfono en mano para inmortalizar la protesta.
La tractorada había partido en dirección a Bilbao a primera hora de la mañana en tres columnas desde Karrantza, Mungia, Gernika, Durango, Markina y Erandio.
Retenciones en carreteras
Han discurrido lentamente por las carreteras vizcaínas y han causado retenciones de tráfico en la N-634 a su paso por Galdakao y en la Bi-711 a la altura de Lutxana.
Muchos tractores portaban carteles con lemas y mensajes de denuncia de la delicada situación que atraviesa el sector.
“El campo se muere y tiene asesinos” o “El campo necesita más mujeres y menos políticos”, han sido algunos de ellos.
“Sin campo no hay vida” y “Sin baserritarras, no hay alimentos”, han sido otras advertencias expresadas en los carteles.
Apoyo ciudadano
En su recorrido, los agricultores han recibido la solidaridad de muchos ciudadanos.
En Bilbao decenas de personas esperaban en el entorno del Arriaga, algunas con carteles de apoyo, que han recibido con aplausos a los tractores que iban llegando.
Entre las personas en lugar se ha podido ver a algunos representantes políticos del PP y EH Bildu.
En El Arenal, los baserritarras han organizado un mercado “transparente” en el que han vendido unos 200 cuartos de cordero del país, envasado al vacío, a un precio de 20 euros la pieza.
El producto se ha acabado en poco tiempo. Muchos ciudadanos han hecho cola para hacerse con una pieza.
Con esta actuación, los convocantes han protestado contra el acuerdo de libre comercio con Nueva Zelanda, que permitiría la entrada de carne de ovino en la UE.
Reivindicaciones
Los sindicatos han agradecido los ánimos a continuar con su lucha que han recibido de la ciudadanía.
Han reclamado una paralización de los tratados de libre comercio que negocia la Unión Europea con distintos países.
También han pedido la compensación vía precio de todos los costes de producción y la simplificación de la “bestial” burocracia que supone la aplicación de la política agraria.
El portavoz del sindicato ENBA Alberto Llona ha denunciado, en declaraciones a EFE, “la incongruencia de la política agraria de la UE”.
Ha pedido, además, la solidaridad de sociedad vasca con el sector.
Vivir del trabajo
Según ha destacado, “los baserritarras quieren poder vivir de su trabajo, pero los costes de producción se han disparado y lo hacen imposible”.
“No queremos vivir de las ayudas”, ha sentenciado.
Asimismo, ha avisado de que la inacción ante esta situación pone en peligro el relevo generacional del sector vasco.
Esto sucede “por la incongruencia de la política de la UE que se fija como objetivo la sostenibilidad, pero apuesta por las grandes explotaciones intensificadas, olvidando a los pequeños agricultores y ganaderos”.
Ha reprochado también que firma tratados de libre comercio con otras zonas del mundo como Mercosur y Nueva Zelanda.
Por ello, el objetivo de la marcha es “hacer un llamamiento a la sociedad y a los consumidores vascos para que escojan productos de kilómetro 0”.
Apoyo de ELA
Las reivindicaciones de los agricultores han recibido el apoyo del sindicato ELA.
La central ha denunciado que “a los consumidores se les cobran unos precios muy superiores a los que perciben quienes producen los alimentos”.
Según ha señalado, “los precios se duplican o triplican desde su origen: una lechuga cuesta el doble, y el conejo el triple”. EFE
