Un colegio electoral en Getxo, en unos comicios anteriores. EFE/MIGUEL TOÑA

Una excepción consagrada en el Estatuto: así es el sistema electoral vasco

Rafael Herrero |

San Sebastián (EFE).- El próximo 21 de abril Gipuzkoa, Bizkaia y Álava elegirán a 75 parlamentarios, a razón de 25 por cada circunscripción, independientemente de su población, un sistema desigual, apenas cuestionado y consagrado por el propio Estatuto de Autonomía.

Un sistema establecido en el Estatuto

El vasco es el único sistema electoral autonómico en el que no se tiene en cuenta la población para repartir proporcionalmente los escaños. Una excepción que obedece a motivos históricos y también políticos.

Vista de un colegio electoral de San Sebastián en los últimos comicios vascos. EFE/Javier Etxezarreta

La comunidad autónoma del País Vasco se configuró como una realidad confederal. Se trata de una unión de sus tres territorios históricos, auténticos depositarios del autogobierno vasco a través de sus fueros.

De hecho, este reparto no se estableció en las leyes electorales ni en sus sucesivas reformas, sino que figura en el propio Estatuto de Autonomía.En su disposición adicional primera detallaba incluso que fueran 20 por provincia.

Incremento a 25 escaños

Además de la referencia a la foralidad, autores como Eduardo Mancisidor -quien fue letrado mayor del Parlamento Vasco- apuntaron asimismo a motivos políticos, como los “cálculos electorales de las diferentes fuerzas políticas” y también a un intento de facilitar una hipotética incorporación de Navarra, tal y como prevé la disposición transitoria cuarta de la Constitución.

Así, en las primeras elecciones autonómicas de 1980 después de la transición se eligieron 60 parlamentarios (20 por territorio). Fueron las únicas, porque en la ley electoral de 1983 se elevó a 25 el número de escaños por territorio, merced a las enmiendas de Coalición Popular y Euskadiko Ezkerra.

Infografía con el número de votantes y escaños en cada una de las circunscripciones electorales en el País Vasco. EFE

El censo electoral de 2024 asciende a 1.795.206 electores. Bizkaia cuenta con 945.874, Gipuzkoa suma 587.709 y Álava 261.623. Esto significa que el voto de un alavés pesa 3,6 veces más que el de un vizcaíno.

Mínimo del 3 %

En Bizkaia, cada parlamentario representa a 37.834 votantes, mientras que un escaño guipuzcoano corresponde a 23.508 y uno alavés a 10.464. Una diferencia que llevó, en legislaturas pasadas, a sobrerrepresentar notablemente a fuerzas políticas como Unidad Alavesa, que llegó a tener 5 escaños en 1994 con solo 27.797 votos. En esos comicios, Ezker Batua (EB) logró 6 parlamentarios con 93.291 sufragios.

Además, la ley electoral vasca estableció un mínimo del 5 por ciento de los votos emitidos en una circunscripción para poder acceder al reparto de escaños, pero en 2000, a iniciativa (y conveniencia) de Ezker Batua, se modificó este apartado de la norma para rebajar este requisito al 3 por ciento vigente en la actualidad.

Pese a su singularidad, el sistema electoral vasco apenas ha sido objeto de debate. Solo UPyD, a través de su parlamentario Gorka Maneiro, propuso su reforma profunda. En 2010 presentó una proposición no de ley que planteaba que toda Euskadi fuera una circunscripción electoral única para que “los votos de todos los ciudadanos valieran lo mismo”. Su propuesta fue rechazada por todos los grupos políticos excepto EB, que se abstuvo.

Los miembros de una mesa vacían la urna al término de la jornada de las elecciones vascas de 2016 en Vitoria. EFE/David Aguilar

Uno de los argumentos esgrimidos para tumbar la propuesta de UPyD fue que el sistema vasco no había generado distorsiones importantes en la representatividad. Una idea avalada por algunos estudios, como el que elaboró en 2013 el profesor de la Universidad de Burgos y miembro del equipo del Euskobarómetro Sergio Pérez Castaños.

Sin grandes variaciones

En este trabajo se realizaron simulaciones de los resultados de las elecciones autonómicas de 2009 y 2012 con un sistema de circunscripción única y otro de representación en función de la población. El resultado fue que no se registraban grandes variaciones en el número de escaños de los partidos más importantes.

Un colegio electoral de Vitoria en unos comicios vascos anteriores. EFE/David Aguilar

Han sido varias las encuestas que describen una situación de empate entre EH Bildu y el PNV o que auguran una victoria de los primeros en escaños, pero no en votos, una circunstancia que se explica por el peso electoral que los jeltzales mantienen en la provincia de Bizkaia, que aglutina más del 50 % del censo electoral.

Así como Bizkaia figura como la plaza fuerte del PNV, Gipuzkoa es históricamente terreno más propicio para EH Bildu, aunque en 2020 fueron los jeltzales los que se impusieron en los tres territorios.

Más escaños, menos votos

No obstante, en los dos precedentes más próximos, las forales y las generales de 2023, EH Bildu se impuso en Gipuzkoa, con una gran diferencia en los comicios a Cortes Generales. En Álava la pugna entre el PNV y EH Bildu se prevé muy igualada.

Aunque históricamente nunca se ha apuntado a la influencia del singular sistema vasco en el resultado electoral, en los comicios del 21 de abril, con una pugna que se espera tan ajustada, puede ser relevante. No resultaría extraño que EH Bildu pudiera obtener algún escaño más que el PNV con menos votos.

Esa situación solo se ha producido en otra ocasión, en las elecciones de 1986. Ocurrió tras la escisión del PNV, cuando los jeltzales lograron 17 parlamentarios con casi 20.000 votos más que el PSE-EE,. Los socialistas ganaron los comicios con 19 escaños, aunque finalmente fue el PNV el que acabó gobernando