Bilbao (EFE).- Una gran concentración de gigantes, venidos de toda Euskal Herria, y el alarde txistularis ameniza la mañana de la novena y última jornada de la Aste Nagusia de Bilbao, a la espera de que a la noche terminen las fiestas con la quema de Marijaia.
Gigantes y txistularis
La concentración de gigantes y cabezudos, en la plaza Circular y luego en el Arenal, reúne los gigantes y cabezudos de diez asociaciones de Bilbao, San Sebastián, Amurrio (Álava), Noain y Baigorri (Navarra) y Cambo (País Vasco francés).

La otra gran atracción de la mañana es el alarde txistularis en la Plaza Nueva acompañados por un quinteto de metales y un coro.
El resto de la programación festiva del segundo domingo se reduce al mínimo, ya sin conciertos ni toros ni deporte rural, por ejemplo.
Así, queda el concurso gastronómico, donde hoy ha tocado hacer rabo de toro guisado, y la final del torneo de pala profesional en el frontón Bizkaia como eventos reseñables.
La quema de Marijaia
De esta forma se llegará a las nueve y media de la noche, cuando se inicia el protocolo del fin de fiestas con la quema de su emblema, Mariajaia, en las aguas de la ría, frente al Ayuntamiento.

El acto comenzará con un aurresku al Pregonero y Txupinera y después Marijaia bajará por la ría, remolcada por los remeros de Deusto, hasta el puente del Ayuntamiento, donde el Pregonero Francis Díez, cantante de Doctor Deseo, pronunciará su discurso de despedida a Marijaia y la Txupinera lanzará el txupin final de Aste Nagusia 2025.
Momentos después, las llamas se llevarán el espíritu festivo de Marijaia, que resurgirá de nuevo dentro de un año. EFE