Vitoria (EFE).- El gerente de la clínica Askabide de Vitoria, Igor Elberdin, ha asegurado que la «coacción» de los antiabortistas que se manifestaban frente al centro, que están siendo juzgados en la capital alavesa, se derivaba de «la presencia constante, de la presión».
Así se ha manifestado Elberdin en la primera jornada del juicio contra 21 personas que protagonizaron concentraciones antiabortistas entre 28 de septiembre y el 4 de noviembre de 2022 ante esta clínica que practica interrupciones voluntarias de embarazos. Es el primer juicio de estas características que se celebra en Europa.
La presencia constante como coacción
Los acusados se enfrentan a una petición de cinco meses de cárcel por un delito de coacciones que podrían sustituirse por 100 días de trabajos para la comunidad. La defensa pide la libre absolución por entender que no se molestó a las trabajadoras y pacientes porque los acusados se limitaron a rezar y exhibir pancartas en uso de su libertad de expresión.
En esta primera jornada el gerente de la clínica ha explicado que estas personas forman parte de la organización ’40 días por la vida’ y que en dos tandas anuales (antes de Semana Santa y en otoño) se concentraban durante 40 días a diario para rezar, con rosarios, con camisetas y con carteles. Lo hacían de manera organizada, «en turnos», para tratar de permanecer «todo lo que podían».

«Era algo continuo, todo el día. Te enseñan carteles, te señalan, te miran, rezan en alto, nos han llegado a sacar fotos…», ha relatado Elberdin, que ha dicho que a él incluso se le han llamado «asesino». «Utilizan los rezos para decir barbaridades», ha añadido.
Estas concentraciones tenían, a su juicio, tres objetivos: que las mujeres no interrumpieran su embarazo, que cerraran las clínicas y la reconversión de los trabajadores para que no siguieran trabajando allí.
Ataques de ansiedad
El primer episodio denunciado ocurrió el 28 de octubre de 2022, cuando una mujer que salía de la clínica tras abortar, regresó «descompuesta» al ver a los manifestantes. En los días siguientes otras clientas tuvieron «ataques de ansiedad y nerviosismo», aunque la situación también «afectó psiquícamente» a las trabajadoras, ha explicado.
Como consecuencia hubo pacientes que cancelaron sus citas porque «no querían ser señaladas», ha asegurado el gerente, que ha explicado que el 95 % de los abortos que se practican en la clínica son derivados desde Osakidetza.
Askabide, personada en la causa como acusación particular, pide una indemnización de 20.000 euros.
Tras las denuncias presentadas por Elberdin se concedieron varias órdenes de alejamiento y ahora estas concentraciones no se celebran frente a la clínica, sino en una plaza cercana. Desde entonces las trabajadoras y pacientes están «mucho más tranquilas».
Cambio de rutinas
En esta primera jornada del juicio ha declarado una veintena de testigos, entre ellas una trabajadora embarazada cuando ocurrieron los hechos que se sentía «incómoda» por la presencia de los antiabortistas y que llegó a cambiar sus rutinas. Así, empezó a quitarse el uniforme al salir a tomar café «para que no vieran la ropa del trabajo».
«Me he sentido molesta como mujer gestante, como mujer trabajadora y como mujer en general», ha asegurado.
Una paciente ha declarado por su parte que se sintió «intimidada» y «señalada». De hecho, decidió dejar de acudir a la clínica a pesar de que allí estaba su historial ginecológico porque había sido paciente durante años.
También han declarado varios agentes de la Policía Local de Vitoria y de la Ertzaintza que acudieron a la clínica en varias ocasiones cuando esta llamó para denunciar la presencia de los manifestantes.
Los agentes han coincidido en destacar el carácter pacífico de las concentraciones, que estas no alteraban el orden público, que los participantes estaban rezando y que los carteles que portaban «no eran insultos ofensivos directos». En estos carteles podían leerse frases como «Rezamos por ti» o «No estás sola. Estamos aquí para ayudarte».
El juicio continúa este martes con las declaraciones de los 21 acusados y el jueves quedará visto para sentencia con las conclusiones finales de las partes.