El Aita Mari en un momento del rescate a 26 personas en el Mediterráneo Central. EFE/Asier González de San Pedro Abarrategui-SMH ***SÓLO USO EDITORIAL/SÓLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***

El Aita Mari rescata a 26 personas en el Mediterráneo central

San Sebastián (EFE).- El buque vasco Aita Mari ha rescatado este lunes a 26 personas en el Mediterráneo Central, entre ellas 16 menores -un bebé- y 3 mujeres, una de las cuales está embarazada.


Las personas auxiliadas, que al parecer proceden de Somalia, Etiopía y Sudán, se encuentran a salvo y están recibiendo asistencia a bordo del buque tras haber sido rescatadas a la deriva a bordo de una lancha neumática pinchada en un lateral.

Procedentes de Somalia, Etiopía y Sudán


El operativo ha tenido lugar sobre las 6.30 horas, a 40 millas al sur de Lampedusa, según ha informado en una nota la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), responsable del Aita Mari.


Entre las 26 personas auxiliadas hay 10 adultos, de los cuales 3 son mujeres -una es la madre del bebé y otra está embarazada- y 7 hombres, así como 16 menores de edad.


Durante el rescate, la embarcación Louise Michel ha prestado asistencia en el lugar y ha facilitado las tareas de auxilio, ha informado la fuente.

El Aita Mari rescata a 26 personas en el Mediterráneo Central, entre ellas 16 menores -un bebé. EFE/Asier González de San Pedro Abarrategui-SMH ***SÓLO USO EDITORIAL/SÓLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***


Salvamento Marítimo Humanitario ha indicado que el puerto asignado ahora por las autoridades italianas es Civitaveccia (Roma), a dos días de navegación de su posición actual.


Ha advertido de que «la política de asignación de puertos lejos de la zona de rescate supone reducir los recursos de salvamento y los testigos de la violación de derechos humanos en esta zona del Mediterráneo».

Denuncian la asignación de un «puerto lejano»


«El marco legislativo que propicia el pacto migratorio europeo pretende hacer pasar como legales hechos que son intrínsecamente contrarios a las más elementales normas de derecho internacional: negar la obligación de prestar ayuda a personas en situación de riesgo vital», ha denunciado.


Tras diez años de presencia en las fronteras exteriores de la UE, SMH ha dicho que «no ha podido apreciar en este tiempo una mejora en el trato a las personas migrantes, más bien al contrario».


«Las nuevas medidas que se implementan en esos espacios de ‘no derechos’ son la criminalización y deshumanización de las personas migrantes y la de las entidades que les prestan ayuda humanitaria», ha lamentado.