Pancartas de la organización en el Campus de Ibaeta en San Sebastián. EFE/Juan Herrero.

De Ernai a GKS: guía de la nueva insurgencia juvenil en Euskadi

Rafael Herrero


Vitoria (EFE).- Fue el lehendakari, Imanol Pradales, quien puso el dedo en la llaga al explicar la creciente sucesión de actos de sabotaje registrados en las últimas semanas en Euskadi: robo de banderas, pintadas contra una sede del PP, ataque al El Correo, y derribo del toro de Osborne, entre otros.

Todas estas acciones han sido ejecutadas y reivindicadas por Ernai, la organización juvenil de la izquierda abertzale. Un grupo “nervioso”, según Pradales, por el “sorpaso” de GKS en las calles de Euskadi.

La pugna que desde hace casi una década protagonizan distintos grupos juveniles de izquierda radical vasca se ha enconado en las últimas semanas. Se han registrado hitos que apuntalan un cambio en el tablero político vasco: La pérdida del monopolio de la izquierda abertzale histórica en el ámbito juvenil y estudiantil.

Ernai y GKS -organización juvenil del llamado Movimiento Socialista- compiten en calles, institutos y facultades por canalizar la insurgencia de izquierda radical, históricamente controlada por la izquierda abertzale. La actividad de ambos se acelera. Tras la campaña de sabotajes de principios de este mes, Ernai celebra este sábado una manifestación por la independencia en Bilbao. En el mismo escenario, GKS ha convocado una marcha el 31 de enero «contra el fascismo».

El fin del terrorismo de ETA y la apuesta de EH Bildu por la vía institucional ha provocado rupturas en los movimientos juveniles de izquierda radical nacionalista que han cristalizado en un amalgama de organizaciones que pueden agruparse en tres ejes:

Izquierda abertzale ‘histórica’ u ‘oficial’

-Ernai: Fundada en marzo de 2013, dos años después de Sortu y del fin de la violencia de ETA. No tiene vínculos orgánicos con Sortu, pero sí se declaran ambos como integrantes de un mismo movimiento, la izquierda abertzale. Es la organización heredera de Jarrai y Segi.

En su II Congreso, celebrado en 2017, se encuentra uno de los precedentes que explican la división actual. Allí, un grupo de militantes críticos planteó una ponencia alternativa, denominada ‘Kantauri’, que exponía abiertamente contradicción entre la apuesta institucional de Sortu (a través de EH Bildu) y la pulsión revolucionaria juvenil.

‘Kantauri’ alertaba de la pérdida de autonomía de Ernai, “empeñada en garantizar el éxito de organizaciones que operan en las instituciones” y criticaba que la izquierda abertzale había “difuminado gradualmente su discurso político con el objetivo de lograr el apoyo de una mayoría social acrítica”.

-Ikama (Ikasleria Martxa) En el entorno de Ernai surge en 2020 Ikama, un sindicato estudiantil llamado a ocupar el vacío que había dejado la organización histórica, Ikasle Abertzaleak, crítica con la línea oficial de Sortu.

Movimiento socialista

Manifestación de la organización juvenil de la izquierda abertzale Ernai en Bilbao. EFE/ Miguel Toña

Cooridandora Jardun

-Jarki. No es propiamente una organización juvenil, sino un grupo independentista y socialista crítico con la izquierda abertzale oficial, a la que consideran “agotada en parámetros revolucionarios” por haberse sumido en la vía institucional.

Sus postulados se identifican con los tradicionales de la izquierda abertzale, pero rechazan su apuesta por entrar en el juego político institucional. Ponen el acento en la amnistía de los presos de ETA, pero no abogan por volver a la lucha armada.

El 24 de noviembre realizaron pintadas en la sede de la patronal guipuzcoana Adegi. El 6 de diciembre celebraron una manifestación en Durango contra la Constitución.

-Aske. Surgida en mayo de 2022, pertenece, junto a Jarki, a la coordinadora Jardun. Su objetivo consiste en reivindicar la amnistía de los presos de ETA.

Todas estas organizaciones -difícilmente distinguibles en muchos aspectos- coinciden en presentarse como puntas de lanza del antifascismo y algunas de ellas estuvieron detrás de movilizaciones como la celebrada en contra de Falange el 12 de octubre en Vitoria -que derivó en graves altercados- o en la que rechazó la presencia del activista Vito Quiles en la Universidad de Navarra, el 30 de octubre. EFE