El exdirector de la sucursal del Banco Pastor en Cangas de Onís a su salida de la Audiencia Provincial de Oviedo. EFE/ J.L.Cereijido

El exdirector del Pastor admite haber creado una banca paralela de la que no se lucró

Oviedo (EFE).- El exdirector de la sucursal del Banco Pastor en Cangas de Onís Manuel Mori, acusado de estafar cinco millones de euros a más de treinta clientes, ha reconocido haber movido indebidamente dinero de cuentas bancarias sin conocimiento de sus propietarios, pero no por “interés propio” ni para lucrarse, sino para que no entraran en situación de morosidad y para ayudarles en la concesión de préstamos.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha acogido este martes la primera sesión del juicio contra el que fuera director de la entidad bancaria desde 1998 a 2012 por un delito continuado de apropiación indebida, unos hechos por los que la Fiscalía pedía inicialmente una pena de ocho años de prisión y el pago de una multa de 9.600 euros.

No obstante, al haber admitido los hechos, el Ministerio Fiscal ha avanzado que procederá a modificar su escrito de calificación, que podría conllevar una reducción de su petición de pena.

Según el relato del Ministerio Público, el acusado, durante su etapa al frente de la sucursal y guiado por el ánimo de enriquecimiento propio o de terceros y aprovechándose de la posibilidad que le otorgaba su puesto, movió dinero de las cuentas de algunos clientes sin su autorización y sin conocimiento ni consentimiento de la entidad.

Fueron cerca de cuarenta operaciones que consistieron en la retirada de sumas de dinero de las cuentas de los clientes bancarios para apoderarse de las mismas entregándoselas a terceros ajenos a la entidad o realizando abonos en otras cuentas bancarias de otros clientes de su interés.

Movimientos para evitar la morosidad

El exdirector de la sucursal ha reconocido que dispuso cantidades de dinero de unas cuentas para moverlas a las de otros clientes sin su conocimiento, pero ha negado que fuera para un interés personal.

“Yo, para mí, no cogí nada”, ha señalado durante la vista oral en la que ha asegurado que todos los movimientos que realizaba eran “dentro de la actividad propia del banco” con el propósito de que la entidad no tuviera morosidad.

En este sentido, ha apuntado que, durante los últimos días de mes, los clientes entraban en “morosidad”, una cuestión que llegó a “obsesionarle”, por lo que trasvasaba cantidades de unas cuentas a otras para “ayudarles”.

Fruto de ese volumen de operaciones, la sucursal “cada año iba creciendo” y recibía bonos por ello, por lo que ha explicado que el banco se benefició de esta operativa porque, durante su gestión, hubo “cero” morosidad.

A preguntas del Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares, ha subrayado que desconoce si la entidad conocía estos movimientos, si bien todas las auditorías a las que se sometió se pasaron con “buenas notas”.

Parte de la operativa consistía en entregar a los clientes papeles en blanco que firmaban por su relación de confianza y de amistad, ha asegurado en el juicio.

El acusado, que ha explicado que mantiene el tratamiento psiquiátrico que ya tenía en su etapa como director, ha recalcado que cuando se detectaron estas operaciones de dinero, a mediados de 2012 cuando el Pastor se fusionó con el Banco Popular, la entidad lo despidió y puso a su disposición “toda la documentación”.

En la vista oral también han declarado los responsables civiles que recibieron dinero, uno de los cuales aseguró que el exbanquero le entregó una cantidad económica sin necesidad de firmar ningún papel, que suscribió “meses después”, mientras que otro ha afirmado que estampó su rúbrica en un documento en blanco, para “hacerle un favor”.

El Banco Santander (entidad que absorbió el Banco Pastor), que tenía en la causa la doble condición de acusación y defensa -por ser responsable civil subsidiario-, ha renunciado a la primera para poder reclamar acciones civiles. EFE