Imagen del autobús siniestrado en Avilés. EFE/Alberto Morante

Abren juicio oral contra el conductor del autobús siniestrado en Avilés con cinco muertos

Oviedo (EFE).- El juzgado de primera instancia e instrucción de Avilés ha decretado la apertura de juicio oral contra el conductor de un autobús accidentado en 2018, que se saldó con cinco pasajeros muertos y catorce heridos, para el que la Físcalía pide cuatro años de cárcel e indemnizaciones por 1,4 millones por cinco delitos de homicidio por imprudencia grave, otro de conducción con desprecio de la vida y doce de lesiones.

El auto mantiene la libertad provisional sin fianza para el acusado y requiere una fianza por el importe de la indemnización solicitada tanto a la aseguradora Allianz como a la empresa de transportes ALSA como responsable civil subsidiario.

Según la Fiscalía, el acusado conducía el autobús a pesar de conocer que no podía hacerlo a causa de la epilepsia que padecía y la medicación que tomaba, circunstancia que él sabía pero que ignoraba la empresa.

El accidente tuvo lugar sobre las 13:40 horas del 3 de septiembre de 2018, cuando el autobús circulaba por el único carril que estaba habilitado en la carretera AS-392, ya que la vía estaba en obras y tenía el carril izquierdo cerrado al tráfico y delimitado con barreras laterales.

La calzada tenía limitada la velocidad a 90 kilómetros por hora, pero debido a las obras que estaban perfectamente señalizadas estaba fijada en aquel momento en 70 kilómetros por hora y la investigación constató que el autocar, con 19 a bordo de los que tres hombres de 78, 75 y 59 años y dos mujeres de 55 y 52 años murieron en el acto y otros 14 resultaron heridos, circulaba a 95 kilómetros por hora.

Al llegar a un tramo curvo con la calzada seca y con perfecta visibilidad, el chófer invadió el carril cortado para la circulación y, tras arrastrar las barreras laterales indicativas de las obras, circuló durante 520 metros sin desviarse hasta chocar contra una pilastra de apoyo al paso elevado que construía sobre la carretera.

Tras el accidente, el acusado manifestó que había padecido una pérdida de consciencia y agarrotamiento muscular producto de una crisis epiléptica que le había impedido controlar el autobús y evitar la colisión, una circunstancia que no había comunicado a la empresa. EFE