Santander (EFE).- Las navidades han sido fiestas que tradicionalmente se celebran al calor del hogar, pero cada vez más familias optan por alojamientos rurales, restaurantes y hoteles con cotillón, o por hacer las maletas y pasar estos días de viaje, en ciudades europeas con tradición navideña o, incluso, en islas paradisíacas.
La opción del viaje gana fuerza entre las familias cántabras, que ya no distinguen entre Navidad, fecha en la que era más habitual quedarse en casa, y Nochevieja, cuando tradicionalmente sí aumentaba el número de reservas en agencias de viajes.
«La Navidad también se pasa fuera y cada vez más», afirma a EFE Sara Alexandre, de Sanander Viajes, agencia ubicada en la capital cántabra con mucha clientela de fuera de la comunidad autónoma.
La mayoría de quienes optan por viajar en estas fechas lo hacen en familia, en muchos casos un buen número de miembros y hasta tres generaciones: abuelos, hijos y nietos.
Lo que no cambia es que todavía gusta pasar la noche del 5 de enero en la comunidad autónoma, porque «los Reyes siempre llegan a casa», añade.
Destinos variados
Entre los lugares exóticos que más eligen los viajeros están El Caribe, sobre todo República Dominicana, Indonesia o Maldivas, que son «destinos muy de Navidad», apunta Alexandre.
También se aprovechan las conexiones del aeropuerto Seve Ballesteros-Santander para conocer Marruecos, Escocia o Bélgica.

Desde Santander Travel, en Maliaño (Camargo), apuntan que, además de destinos caribeños, los hay que prefieren no salir de España y tomar el lechazo y las uvas en la ciudad alicantina de Benidorm o en Canarias. Eso sí, en su caso el público va más allá de familias y hay perfiles «de todo tipo».
Las Islas Canarias o El Caribe son también opciones que destaca el establecimiento de Viajes El Corte Inglés situado en Torrelavega, que además organiza bastantes escapadas a ciudades europeas con tradición navideña.
El alojamiento rural siempre está ahí
Otra de las opciones que también gusta a los cántabros, en este caso mucho más cercana, es el establecimiento rural.
Las reservas en este ámbito también suelen ser de familias, concentradas en Nochebuena-Navidad y Nochevieja-Año Nuevo y, sobre todo, en posadas rurales que cuentan con varias habitaciones. «La mayoría son familias de 10, 20 ó 30 personas que quieren juntarse», explican desde la Asociación de Turismo Rural de Cantabria.
Entre las ventajas que ofrece el alojamiento rural están la posibilidad de cocinar, poder juntarse en un espacio amplio y evitar desplazamientos.
Son fechas, aseguran desde la asociación, en las que es muy complicado reservar porque hay muchos alojamientos cerrados y porque hay muchas familias que lo cogen con prácticamente con un año de antelación.
Además de que muchas de ellas repiten el alojamiento, los propietarios «tampoco se arriesgan demasiado a meter gente que no tenga ya una trayectoria y que conozcan previamente». «Si se meten amigos y andan ahí con celebraciones puede haber algún tipo de problema», apostillan.