Ginés Donaire I Jaén, (EFE).- La escultura de la Dama de Cástulo está sirviendo para arrojar más luz y conocimiento sobre el conjunto arqueológico de Linares (Jaén), uno de los yacimientos más importantes de la Península con más de 4.000 años de vida.
La escultura ya es el principal reclamo del Museo Arqueológico de Linares, donde también se organizan visitas teatralizadas que recrean la historia de esta Dama, a la que algunos conocen ya como Valeria Tosca.
La Dama de Cástulo se localizó de forma fortuita el pasado mes de septiembre durante unas obras para implantar un nuevo pavimento en la entrada de esta ciudad ibero-romana.
“Era una paradoja que estuviera tan cerca para tanta gente y durante tanto tiempo pasara inadvertida”, asegura Marcelo Castro, director del conjunto arqueológico de Cástulo.
Se calcula que la escultura estuvo allí, apenas a un metro bajo tierra, al menos desde el siglo V d.C., a juzgar por la fecha de acuñación de las monedas encontradas en ese lugar.
Francisco Arias, director del Museo Arqueológico de Linares, indica que ha sido precisamente ese hallazgo tan singular lo que ha inspirado la localización de la escultura en el museo, ya que el público la empieza a ver desde la misma entrada.
Dos fases en la Dama de Cástulo
La Dama de Cástulo apareció dentro de un edificio extenso que luego se supo que eran unas termas. En concreto, la escultura estaba al lado de la piscina o la exedra.

“Al abandonarse las termas, las tejas de la cubierta y otros escombros cayeron sobre la exedra. Y justo ahí, sobre una superficie entonces inclinada, se arrojó la escultura, que cae sobre la tierra de cabeza y de frente, quedando en un primer plano su pedestal”, expone Marcelo Castro.
Para el arqueólogo de Cástulo, “esta dama inmortalizada en mármol ilumina dos tiempos principales: su creación en el siglo I d.C. para formar parte de un proyecto arquitectónico, una nueva obra ejecutada en la ciudad, y su destrucción y ocultamiento en los inicios del siglo V d.C.”.
A juzgar por las trazas de la escultura, con la parte trasera enrasada, sin alcanzar el logrado volumen de la parte frontal, Castro considera que fue ideada para estar situada en una hornacina o nicho.
“La escultura pudo haber ocupado un lugar prominente en esas mismas termas, o tal vez, en alguno de los monumentos funerarios cercanos”, sostiene Marcelo Castro.
En el caso de la dama sin nombre conocido de Cástulo, se oculta por completo el cuerpo de la mujer, incluso los pies están cubiertos, por unos botines de cuero tan fino que deja traslucir los dedos.
Sólo quedan a la vista las manos, ocupadas en mantener en su sitio el manto que las arropa.
El nombre de “Valeria”
“Se adivina un cuerpo idealmente proporcionado, como si fuera una encarnación de la divina Venus”, describe Castro.
A su juicio, “este grupo de esculturas están inspiradas en las representaciones de las mujeres de la dinastía Julio-Claudia, en especial de la emperatriz Livia, también llamada Livia Drusila, un diminutivo tomado del nombre de su padre, Marco Livio Druso Claudiano”.
A la Dama de Cástulo se le ha empezado a llamar ya “Valeria”, porque ese nombre aparece en las inscripciones fundacionales del circo de Cástulo.
Mientras tanto, la Diputación de Jaén ha destinado 150.000 euros a la construcción de una senda para facilitar el acceso peatonal al yacimiento arqueológico de Cástulo.
Este proyecto ha supuesto la construcción de una senda peatonal que parte de la Puerta Norte de esta ciudad y que llega hasta el templo cristiano.
En total, este camino cuenta con 375 metros de longitud y abarca desde el aparcamiento y el centro de recepción de visitantes del yacimiento hasta el centro urbano de esta ciudad ibero-romana. EFE