Velas listas para su uso en las principales procesiones que recorren estos días Andalucía fabricadas por la empresa iliturgitana ‘Cera Bellido’, hechas con cera de abeja desde 1889 en Andújar (Jaén). EFE/ José Manuel Pedrosa

El viejo secreto de la elaboración de velas de cera virgen de abeja

María Tajadura I Jaén, (EFE).- Las principales procesiones que recorren estos días las calles de Andalucía lucen las velas de la empresa iliturgitana ‘Cera Bellido’, que elabora un producto de alta calidad basado en la cera de abeja natural con una característica que la distinguen de las demás, como limpieza de combustión, luminosidad, larga duración y nula emisión de humos.

Javier Bellido, vicepresidente del consejo de administración de esta legendaria empresa, ha revelado a EFE el viejo secreto de la elaboración de este producto -imprescindible en las procesiones de Semana Santa- basado en métodos artesanales.
La empresa ‘Cera Bellido’ se encuentra en Andújar, en el valle del Guadalquivir y al pie de Sierra Morena, un lugar idóneo para el desarrollo de un sector apícola, en el que ya sus antepasados hacen velas artesanales.

Con el sello de la Virgen de la Cabeza como logotipo en homenaje a la patrona de Andújar, su tierra natal, la empresa fue fundada por Francisco Bellido Rubio, quien registró oficialmente esta marca en 1889. Desde entonces sus descendientes han sabido conjugar, durante más de 120 años, la incorporación de nuevas tecnologías con el mantenimiento artesanal más estricto en la elaboración y blanqueo de la cera virgen de abejas.

Color según el polen

Hoy día son los únicos fabricantes de cera virgen de abejas que no emplean métodos químicos, parafinos o petróleo, conservando así excelentes propiedades naturales.

Javier Bellido se muestra satisfecho de seguir manteniendo la tradición de sus antepasados: “la gran diferencia, por lo que realmente nos desmarcamos en el mercado, es que nosotros utilizamos un procedimiento que está en desuso”.

Así, cuando reciben la cera de abeja de los apicultores, con el típico color caramelo o naranja, cuya intensidad dependerá del polen con el que la abeja se haya alimentado y con un característico aroma similar al de la miel, eliminan el color para dejar la cera blanca, lo que consiguen de forma natural, sin utilizar productos químicos, un procedimiento de elaboración “más largo y minucioso pero con unos resultados increíbles”.

El proceso comienza en verano, época idónea para el tratamiento de la cera porque en Andújar hace mucho calor y las altas temperaturas facilitan el llamado “blanqueo”.

“En el mes de mayo empezamos a extender la cera en varias terrazas con paredes y suelo blanqueado de 1.000 metros cuadrados, y estamos prácticamente hasta septiembre u octubre, que son los meses en los que convertimos la cera en lo que nosotros llamamos ‘grumo’, que va a ser la base de nuestra cera de abeja”.

Sin hilo negro

“Se la da la vuelta cada día, se riega, se limpia y es el sol el que poco a poco, igual que se come el color de una camiseta, se acaba comiendo el color de la cera, quedando ésta blanca, color marfil, y luego mantiene todas las propiedades naturales que tiene la cera, como luminosidad y durabilidad de color”, explica.

Partiendo de la materia prima de la cera de abeja, se pueden elegir diferentes calidades en función de la cantidad de grumo o de cera de abeja virgen que lleve la vela. La calidad estrella es la cera virgen, 100 % cera de abeja, aunque existen diferentes calidades que “no dejan de ser buenas pero ya no tienen la exquisitez de la pureza de la cera de abeja total”.

A partir de ahí, comienza la siguiente fase y, a diferencia de un molde que se llena para después sacar la vela, Cera Bellido utiliza unos ‘noques’ o bañeras hondas, donde se introduce la cera líquida y al ‘pabilo’ o mecha se le pone una pesa abajo para que se quede estirada, firme. Se introduce dentro de la bañera donde está fundida la cera, se hace un movimiento de entrada y salida y en cada salida va reteniendo la cera.

“El procedimiento sería como un árbol de forma concéntrica que va haciendo los anillos, o una cebolla y a continuación se corta y se pinta también de forma manual, en función de la demanda del cliente” explica Bellido.

El resultado es espectacular y se percibe en el encendido de las velas que no producen humo, hilo negro, es totalmente limpio porque esta cera de abeja no lleva petróleo, y es mucho menos agresivo que una vela tradicional.

Fidelidad de sus clientes

Las características de estas velas ayudan además a preservar las tallas de los pasos de Semana Santa: “la cera virgen cuida muchísimo tanto la talla o la propia imagen de la Virgen; a la hora de limpiar es completamente diferente”.

Este puede ser uno de los motivos por los que la empresa mantiene la fidelidad de sus clientes, entre ellos conventos, catedrales y conocidas hermandades de toda España, principalmente durante la Semana Santa de Andalucía, además de clientes particulares, restaurantes o “spas”.

Otros clientes son las productoras cinematográficas, un sector en el que se introdujeron hace años, cuando se estaba grabando en Jerez una película de Robert De Niro, sobre la Edad Media, y en la que al usar velas y candelabros empezó a dar problemas a la cámara el humo que salía de la vela.

“Fue cuando, a través de una persona que nos conocía, nos puso en contacto y a partir de ello hacemos muchas películas porque ayuda al tema de la visibilidad a la hora de grabar una película”, señala.

A pesar del descenso notable de las ventas a causa de la pandemia y de la mala situación que atraviesan los apicultores porque las abejas se están muriendo por la utilización de pesticidas en el campo, Bellido asegura que este año están “desbordados”. EFE