Fachada del edificio de la Delegación de Defensa donde el Tribunal Militar Territorial Segundo, con sede en Sevilla, acoge la vista oral contra un sargento acusado por la muerte de un legionario de 22 años en unos ejercicios en Agost (Alicante). EFE/José Manuel Vidal

Condenado a casi cuatro años el sargento acusado por la muerte de un legionario

Almería, (EFE).- El Tribunal Territorial Militar Segundo ha impuesto penas que suman tres años, diez meses y 26 días de prisión al sargento de la Legión Saúl Antonio Guil, acusado por la muerte del legionario de 21 años Alejandro Jiménez Cruz en el campo de prácticas de tiro de Agost (Alicante) durante unas maniobras en 2019.

La sentencia del tribunal con sede en Sevilla impone al sargento dos años, ocho meses y 26 días de prisión por un delito contra la eficacia del servicio militar, con las accesorias legales de suspensión de empleo, por el que a los padres del fallecido se les indemnizarán además con 208.294,82 euros.

También se le condena a 14 meses de cárcel por dos delitos de abuso de autoridad del artículo 48 del Código Penal Militar, que asimismo conllevan la accesoria de suspensión de empleo. Se le absuelve de un delito contra la administración de justicia, de otros tres delitos de abuso de autoridad y de un delito de asesinato.

El resto de militares acusados en esta causa, el capitán Antonio Cabello, el teniente Pablo Fernández, el capitán Ricardo Gascón, el cabo Alejandro Roca, el cabo Adrián Cóllar, y los soldados Abel García y Alejandro Jiménez han resultado absueltos de todos los cargos a los que se enfrentaban. EFE

La acusación del fiscal

Según el fiscal, el sargento acusado mandó el alto el fuego y reconocimiento de los blancos cuando el pelotón se encontraba a unos 20 metros de éstos y precisa que dos de los legionarios se acercaron a reconocerlos y dieron la novedad de “blancos abatidos”.

A continuación, el sargento presuntamente gritó “enemigo al frente, al faldón de la montaña, en claro blanco a las doce”, una orden que no estaba prevista inicialmente en el ejercicio, ni había sido puesta en conocimiento del pelotón, y que además traspasaba “claramente las instrucciones” dadas anteriormente por un teniente.

“Al incorporar sobre la marcha un nuevo objetivo por parte del suboficial, pretendía aumentar el consumo de munición toda vez que se había consumido menos de lo esperado dada la rapidez con la que habían realizado el ejercicio programado”, precisa el fiscal.

De esta forma, los dos legionarios más adelantados subieron por la cresta del merlón mientras abría fuego “cuerpo a tierra” y “al poco tiempo”, se unió a ellos la víctima, quien subió la cresta y se situó en el flanco izquierdo y, cuerpo a tierra, disparó junto a los anteriores.

Uno de los disparos efectuados por el sargento, cuando se encontraba en pie y a una distancia de unos 12,50 metros del fallecido, impactó sobre la víctima, que en ese momento comprobaba su armamento tras agotar la munición.

Según el fiscal, el proyectil alcanzó el culatín del fusil y a continuación el cuerpo del legionario, que sufrió una herida que le provocó un hemotórax y la perforación de ambos pulmones, entre otras heridas, que provocaron su muerte. EFE