Plantación de mango en la Axarquía malagueña. EFE/Enrique Hidalgo/Archivo

Los agricultores malagueños recurren a medidas desesperadas para afrontar la sequía

David Villodres I Málaga, (EFE).- Los agricultores malagueños han podado y pintado de cal blanca el tronco de sus árboles de mango para reducir su estrés hídrico, a la vez que han arrancado cultivos, han adelantado la cosecha de cereales y hasta han comprado cubas de agua como medidas para intentar salvar una campaña marcada por la sequía.

Estas son algunas de las medidas que han adoptado los agricultores de Málaga, especialmente de la comarca de la Axarquía, epicentro de la fruta tropical, para hacer frente a la escasez de lluvias, las altas temperaturas y las pobres infraestructuras de repartición y acopio de agua en la región.

Aunque esta semana las ansiadas lluvias han regado el campo malagueño, no serán suficientes para paliar la sequía, que han dejado los pantanos en una situación agonizante, con el de La Viñuela, el más grande de Málaga, a menos del 10 % de su capacidad.

Medidas ante la difícil situación de sequía en la Axarquía

Esta situación ha provocado que los agricultores de la Axarquía no puedan contar con las aguas surtidas del embalse de La Viñuela desde octubre del año pasado, lo que les ha llevado a tomar medidas extraordinarias para salvar sus cultivos.

“La situación en la Axarquía es un auténtico desastre”, asegura a EFE Francisco Díaz, presidente de la Asociación de Regantes de Málaga (APREMA), quien aventura un futuro muy oscuro si no llega “el milagro de la lluvia”.

Los regantes han optado por usar la poca agua con la que cuentan para irrigar un cuarto de la tierra cultivada, mientras han podado y blanqueado los troncos de los árboles para “ver si aguantan el verano”. “Pero ya te digo yo que no lo van a lograr”, advierte Díaz.

Desde la Asociación de Tropicales de la Axarquía señalan a EFE que, en los casos más extremos, algunos agricultores incluso han arrancado la plantación de aguacates y mangos porque “no es sostenible”.

Cubas de agua ante la falta de lluvias

También el Valle del Guadalhorce está “al filo de la navaja”, según el presidente de APREMA. El año pasado ya sufrió las restricciones de la sequía, “pero por suerte llovió y solo lo estuvo dos semanas”.

Los agricultores de esta zona han reducido sus cultivos hortícolas porque han recibido un volumen menor de agua que otros años y porque estas plantas necesitan un riego continuo que la Junta no puede asegurar.

Algunos productores han optado incluso por comprar cubas de agua, aunque Francisco Díaz destaca que esta es una “medida extraordinaria” con la que se puede regar una porción de tierra muy pequeña y durante muy poco tiempo, por lo que no es rentable: “Es muy cara en comparación a lo que nos pagan por nuestros productos”.

Otros agricultores han hecho talas de mejora entre el cultivo leñoso, que consisten en reducir la masa foliar de los árboles para que transpiren menos y necesiten de menos agua con el objetivo de preservar la planta, aunque la producción sea mucho menor.

Arriesgar cultivos

“Lo que no puedo hacer es arriesgar un cultivo de ajos o cebollas, que cuesta 10.000 euros por hectárea”, señala a EFE Joaquín Zavala, agricultor de Antequera, quien ha empezado a plantar almendros porque necesitan menos agua: “Si llueve nos darán algo; si no lo hace, al menos se mantienen”.

Zavala señala, asimismo, que este año la recogida de aceitunas será un cuarto de una campaña normal y que el cereal se ha perdido casi todo.

El presidente de APREMA precisa que, aunque los embalses de la zona del Guadalhorce están a una mayor capacidad que los de la Axarquía, ese agua no va toda para el campo, sino que mucha se destina al abastecimiento de las ciudades y otra acaba evaporándose o filtrándose por las grietas de las tuberías.

Infraestructuras “inefectivas”

El problema de la sequía, sostienen los agricultores consultados por EFE, no es solo la falta de lluvias sino que hay infraestructuras “inefectivas”, algunas con roturas, incapaces capaces de recoger y trasladar el agua que cae.

Es el caso del embalse de Guadalhorce-Guadalteba, tiene una infraestructura que está hecha una “porquería”, asevera el presidente de APREMA.

“Hace unos días se nos rompió un sifón y estuvieron más de dos semanas para arreglarlo, dejando más de mil hectáreas sin regar y con las temperaturas de abril”, indica Díaz, que denuncia que “hay sifones que pierden unos 300-400 litros por segundo y la clase política no se gasta nada en arreglarlo”.

Los pozos ilegales

En plena crisis por la sequía en el campo, recientemente se ha sabido que un juzgado de la localidad malagueña de Vélez-Málaga investiga a más de un centenar de personas por supuesta gestión irregular de agua a través de pozos clandestinos y regadíos ilegales en la Axarquía.

La investigación tiene como foco una serie de plantaciones de subtropicales de la comarca y se estima que el perjuicio por el uso ilegal de agua para el cultivo de subtropicales puede alcanzar los 10 millones de euros, según los cálculos de la Guardia Civil.

Sobre este asunto, Luis Berraquero, coordinador de Greenpeace en Málaga, asegura que los acuíferos están “muy contaminados por el uso de fertilizantes” y que “esa sobreexplotación de agua de forma ilegal o alegal impide su regeneración”.

Desde APREMA creen que “no es el momento de buscar culpables” y que algunos están tratando como “criminales” a gente que está “intentando salvar su cultivo”. EFE