Imagen de un galápago europeo EFE/J. J. Guillén/ARCHIVO

Alertan del estado de los galápagos en Doñana ante la desecación de sus lagunas

Huelva (EFE).- La desecación de las lagunas de Doñana, incluso de la de mayor tamaño, la de Santa Olalla, hace apenas unos días y por segundo año consecutivo, está llevando a los galápagos existentes en el espacio natural a una situación extrema. Ahora se afanan por sobrevivir.

Así lo ha puesto de manifiesto Carmen Díaz-Paniagua, investigadora científica en la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC). Lo hace en un artículo en el que analiza la situación actual. En él explica que en las lagunas de Doñana se conservan poblaciones importantes de dos especies de galápagos, el europeo y el leproso.

La mayor abundancia de galápagos está asociada, en Doñana, según la científica, a la zona de las grandes lagunas, que son las que hasta hace poco se consideraban permanentes. En cambio, “especialmente en la última década, las lagunas han ido perdiendo superficie inundada y también han reducido su periodo de inundación, hasta el punto que incluso la mayor laguna permanente, Santa Olalla, se ha secado por completo este año y el anterior”.

galápagos Doñana
Vista aérea de la laguna de Santa Olalla, la laguna permanente más grande del Espacio Natural de Doñana, que se ha vuelto a secar por segundo año consecutivo,-EFE/Carlos Ruiz-CSIC/ARCHIVO

Refugios estivales

La desecación de estos puntos que funcionaban como refugios estivales para muchas especies, está teniendo “graves consecuencias para los galápagos”. Estos “intentan sobrevivir dentro del barrizal en que se va convirtiendo poco a poco la laguna, mientras se seca”, ha indicado.

Díaz-Panigua ha señalado que han llegado a observar galápagos “completamente atrapados en el barro, perdiendo incluso la capacidad de moverse”. En todo caso, “, de los que “al final no podemos confirmar su muerte, pero tampoco sabemos si sobreviven cuando finalmente ese barro húmedo se convierte en una masa completamente seca”.

En ese barro húmedo, “son muy vulnerables a los depredadores”. De hecho, “el año pasado, 2022, cuando se secó Santa Olalla en septiembre, encontramos en sus alrededores decenas de caparazones de galápagos comidos por jabalíes”.

“Este año hay menos galápagos en la laguna, y ahora que está de nuevo seca, apenas hemos detectado esta depredación”. Pero también “observamos con admiración, como los galápagos son capaces de resistir mientras quede una mínima cantidad de agua o de lodo”, ha concluido.