Estación meteorológica en la finca científica experimental de Rabanales. EFE/ Rafael Alcaide

Finca de Rabanales, “un laboratorio de campo puntero con la mejor tecnología”

Álvaro Vega | Córdoba (EFE).- La finca científica experimental de Rabanales es tan joya de la corona de la Universidad de Córdoba como desconocida. Pese a ello, su vicerrectora de Política Científica, María José Polo Gómez, no tiene duda de que se trata de “un laboratorio de campo puntero con la mejor tecnología”.

María José Polo es catedrática de Ingeniería Hidráulica en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes (ETSIAM), donde se licenció en 1992 y se doctoró en 1997. Ha afirmado que la finca reúne “todo lo que es la combinación de recursos de alta tecnología con aprovechamientos de alta eficiencia y alto rendimiento a la vez”. Con ello mantiene ” manteniendo “una sostenibilidad en la agricultura, por lo que podemos decir que es una agricultura del siglo XXI y hacia el futuro”.

La vicerrectora explica a EFE la dimensión de las 186 hectáreas de terreno agrícola que la Universidad de Córdoba adquirió a la Seguridad Social en 1989 al tiempo que supervisa, y modifica, el montaje de las carpas y los paneles explicativos. Están en la entre la zona de cereal y olivar y los operarios de la Universidad y del cáterin lo están montado para la visita de los mandatarios comunitarios del lunes.

Reconocer el valor de la investigación puntera

Los ministros de Agricultura de los veintisiete países de la Unión Europea se llevarán dos impresiones de la agricultura provincial durante la Reunión Informal (RIM) de Córdoba.

Una será la producción del vino de Montilla-Moriles. La otra “reconocer el valor que tiene esta instalación científica experimental en el contexto de la agroalimentación y la investigación puntera”-. Es para Polo lo que supone la presencia de los dirigentes europeos en la finca.

Allí conocerán datos concretos de los resultados de los programas de investigación que se llevan a cabo. Como el haber logrado reducir un 58,3 % el consumo de fuel e incrementado un 11 % la producción del cereal o un 57,2 % el beneficio bruto del cultivo.

También como se utilizan sistemas de riego de precisión o aplicaciones de la teledetección. Así el año pasado el director técnico de la finca Rabanales, Francisco Márquez García, activó el sistema de riego desde los Alpes.

Agricultura digital y sostenible

Márquez explica que en la finca, escondida tras el campus universitario del mismo nombre, donde acuden cada curso 8.000 estudiantes, se trabaja sobre “un ecosistema basado en la agricultura digital y agricultura sostenible”. Lo que es una “agricultura digital enfocada a hacer un uso más óptimo de los recursos naturales”.

Se trata de un proceso que arranca “desde que comenzamos a implantar el nuevo modelo de gestión, una combinación de agricultura sostenible, agricultura de conservación combinada con la agricultura digital”. Es cuando iniciaron los logros que conocerán los ministros europeos de boca de cuatro investigadores a pie de campo, si la lluvia no lo impide.

finca Rabanales
Imagen de la zona de cultivo extensivo de la finca científico experimental de Rabanales, con árboles al fondo. EFE/ Rafael Alcaide

Esto fue hace diez años, en 2013. El momento en el que “se define como finca científica experimental”. Cuando “se dota de personal propio de la Universidad de Córdoba y de otros recursos propios más de los que se habían ido adquiriendo con proyectos y con colaboraciones específicas”. Así lo apunta la vicerrectora de Política Científica.

Es entonces, subraya María José Polo, cuando “hace una apuesta porque esto puede ser realmente un laboratorio de campo puntero con la mejor tecnología”. Entonces, se muestra “no solo la capacidad de innovación, sino la realidad de innovación en este sector que la Universidad de Córdoba está desarrollando”.

Una clara vocación de servicio público

Gregorio Blanco Roldán es catedrático de Ingeniería Agroforestal de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes. Imparte mecanización agraria y forestal. Además, es el profesor responsable de la finca Rabanales. Considera “una clara vocación de servicio público orientada a la las actividades de la Universidad, es decir, la investigación, la docencia y la transferencia”.

La finca tiene 145 hectáreas dedicadas a cultivos extensivos y el resto a olivar. Además acoge uno de los dos Bancos de Germoplasma de Olivo que hay en Córdoba. El otro está en el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica de la Junta de Andalucía. En el caso de Rabanales tiene como medio millar de variedades de todo el mundo.

Para Blanco, gracias a los proyectos internacionales y a su carácter innovador, la finca “ha aglutinado una serie de infraestructuras tecnológicas muy avanzadas”. Son “los laboratorios que existen de nuevas tecnologías y de transformación digital del sector agroforestal y también ganadero”.

A la vanguardia de cualquier tecnología

De ahí, precisa, que se hayan logrado patentes y modelos de utilidad (un título de propiedad industrial que reconoce el derecho exclusivo sobre una invención aunque con menos complicación de registro que la patente) y otros desarrollos. Estos “estarían a la vanguardia de cualquiera de las tecnologías más innovadoras que existen de aplicación en el mercado”.

Además, enfatiza, “no es solo cosa que se queden aquí, en la Universidad, sino que la transferencia. Se trata de un punto básico en el cual se plantean todos los proyectos y muchas de estas innovaciones. Después, los propios fabricantes que colaboran con la Universidad en el codesarrollo de estos de estos prototipos, incorporan a sus líneas de producción”.

Para que esa transferencia sea efectiva es preciso, acota Francisco Márquez, que las prácticas sostenibles medioambientalmente lo sean “también sostenible económicamente para el agricultor y eso es lo que hacemos, una combinación de prácticas que mejoran el rendimiento económico y ambiental de los cultivos”.