El periodista e historiador Francisco Javier Domínguez inspecciona un racimo de uvas de una de las cepas y variedades extintas desde hace más de un siglo en Alcaracejos (Córdoba). EFE/Salas

La resurrección del vino de Los Pedroches

Luis Ortega | Córdoba (EFE).- La comarca del Valle de Los Pedroches, en el norte de la provincia de Córdoba, es conocida por sus ibéricos de máxima calidad, sus quesos y sus aceites, pero ahora se ha logrado sumar el vino como producto singular. Ha ocurrido al lograr resucitar cepas y variedades extintas desde hace más de un siglo.

El proyecto de “arqueología verde” para recuperar el viñedo tradicional de la comarca de Los Pedroches surge del “interés personal” del periodista e historiador Francisco Javier Domínguez. Este explica a EFE que el objetivo era buscar los “paisajes culturales históricos” de un territorio delimitado por tres comarcas del norte de Córdoba, como el Valle del Guadiato, Sierra Morena y Los Pedroches.

“En esta zona, hasta hace muy poco, existió un viñedo muy importante que desapareció fundamentalmente a finales del siglo XIX y principios del XX”. Fue “por efecto de la filoxera y por la transformación del cultivo, en algunas zonas hacia olivar y en otras zonas por primar la ganadería”, según relata Domínguez.

Perfiles genéticos únicos


Se trataba de un viñedo importante de unas 6.000 hectáreas en toda la comarca que tuvo su punto álgido entre los siglos XVII y XVIII, según se ha podido constatar “con archivos históricos y posteriormente con mapas del Instituto Geográfico Nacional”.

En ese trabajo de documentación se han buscado “los parajes, los pagos y los lugares donde existieron viñas hasta 1915, aproximadamente”. Con la sorpresa de que al llegar al lugar concreto “nos hemos encontrado con viñas en los linderos, viñas perdidas entre el monte”. Incluso algunas viñas en zonas entre los olivos”, subraya Domínguez.

Tras ese descubrimiento y después de contactar con la Universidad Pública de Navarra, una de las instituciones de más prestigio en el reconocimiento de las variedades de vid, se realizaron análisis de ADN. Estos confirmaron la existencia de “muchos perfiles genéticos únicos en la comarca de variedades desconocidas”.

Todo un proyecto de “arqueología verde”, según define Domínguez, ya que se han utilizado “fuentes documentales, fuentes escritas y, en menor medida, fuentes orales, porque desgraciadamente la gente que conoció ese viñedo ha fallecido ya”.

Regularización de variedades

Una vez se recogieron muestras de “sarmientos y hojas” y se confirmaron que eran variedades “con perfil genético único”, el Instituto de Formación Agrícola y Pesquera de la Junta de Andalucía (IFAPA) está encabezando el proceso de caracterización propia de esas variedades “para regularizarlas”.

Por el momento ya se ha iniciado la regularización de dos variedades. Una tinta que está distribuida en muchos puntos del norte de la provincia. Y una blanca hallada en diversas zonas, que han pasado tres vendimias y se espera que sean las dos primeras “variedades propias de la comarca”.

En el viñedo experimental de Alcaracejos se hace “agricultura regenerativa”, según explica Domínguez, ya que se han puesto las viñas “exactamente igual” a como estaban en el pasado. Esto es entre “las calles de los olivos” y con el objetivo de “intentar mejorar el suelo” . Estos “tienen un ph muy bajo y que a priori son muy complicadas, pero que están funcionando muy bien para el cultivo de la vid”.

“Lo que estamos es haciendo como una especie de vivero, como una especie de banco genético, para poder desarrollar en un futuro su réplica. También su reproducción y tener material vegetal para poder plantar más viñedo en la comarca, en el caso de que hubiera gente dispuesta a hacerlo”.

Agricultura y ganadería de máxima calidad

En principio no se aspira a “generar un sector”, sino a recuperar “esa cultura, ese paisaje y saber que existe este material”. Y, a partir de ahí, estudiar “si es rentable o si tiene un futuro de aportación a la economía de la zona”.

La comarca de Los Pedroches es una zona con unas “producciones agroalimentarias de primer nivel”, recuerda Domínguez. Hay “queso, hay productos del ibérico y hay un aceite extraordinario, pero falta el vino”.

Por ello, un producto “diferenciado” con una vid “autóctona” que acaba de resucitar, podría ser “un complemento ideal para la rica gastronomía de este territorio”. Y para un paisaje cultural como el de Sierra Morena y las dehesas de Los Pedroches, en el norte de Córdoba. EFE