Inteligencia artificial al servicio de los pintores para crear. EFE/Rafael Darío Moreno

Inteligencia artificial al servicio de los pintores para crear

Salvador Ruiz | Málaga (EFE).- La inteligencia artificial (IA), que está resultando tan controvertida e invade tantos ámbitos, también ha llegado al mundo del arte y supone un recurso al servicio de los pintores con los que poder crear sus cuadros.

Rafael Moreno Mata, un artista malagueño con 20 años de experiencia como pintor que asegura que tuvo entre sus mentores al fallecido Francisco Hernández, considerado uno de los grandes de la figuración española, no se ha resistido a los nuevos tiempos.

Ha presentado ya varias exposiciones presenciales con obras generadas por inteligencia artificial, entre las que abundan figuras con cabeza de animal y cuerpo humano o en actitudes como las de las personas, y ha confeccionado con esa misma tecnología un cartel de feria en Vélez-Málaga (Málaga).

En la primera de esas muestras incluía más de una docena de obras creadas con la IA, a las que se dio forma en una semana en el taller virtual, mientras que en una ocasión posterior optó por reproducir las imágenes ya en lienzos.

“Puedo asegurar que a metro y medio no se puede diferenciar un cuadro de los que tenía expuestos de uno pintado al óleo por un pintor”, asegura en una entrevista con EFE Moreno Mata.

Compara el tiempo de preparación de una muestra de ese tipo con el de otro de obras en las que no interviene esta tecnología, porque -afirma- en estas últimas es mucho mayor al tardarse entre seis meses y un año según la técnica de que se trate. Presume que pronto habrá “muchos artistas” que recurran a la inteligencia artificial.

“O te adaptas o la IA te desplaza”

“Una de dos: o te adaptas y utilizas la IA de cualquier manera o la IA te va a desplazar. Muchos pintores que son muy básicos, de oficio nada más, se van a ver desplazados por esto”, manifiesta.

“Igual que al principio todo el mundo decía ‘yo jamás voy a comprar por internet sin saber lo que es’ y Amazon ha devorado el mercado; pues esto es igual”, añade.

Aunque alude a experiencias en otros lugares del mundo, destaca el carácter pionero de su iniciativa en España en tanto que son exposiciones que se visitan físicamente -con los cuadros colgados en una pared, no presentados en archivos digitales en el mundo virtual- y de tipo individual en vez de colectiva.

Opta por la imagen creada directamente con esa tecnología y que el público pueda contemplarla de forma presencial como en una exposición convencional.

Resalta que con la IA el pintor deja de tener dos limitaciones con las que contaba, la del tiempo, al proporcionar una capacidad de creación muy rápida, y la económica, al poder disponer de un taller virtual “a coste cero”.

Una nueva herramienta en crecimiento

Frente a lo que considera apuestas “tímidas”, las de exposiciones colectivas de varios artistas, cree que la suya es más decidida al presentar muestras individuales, y añade que la inteligencia artificial es “una herramienta nueva” que tendrá “un desarrollo importante”.

Explica que rápidamente se aprende el funcionamiento de la IA sin precisar apenas de conocimientos informáticos, aunque para poder obtener un “gran” resultado “es importantísimo tener mucha base” de tu campo: “Lo que he podido hacer es gracias a toda la base que he tenido sobre pintura”.

Asemeja la labor con inteligencia artificial con la de los talleres de pintores del Renacimiento en cuanto a la capacidad de crear. La IA proporciona el volumen de trabajo que se quiera en poco tiempo, mientras aquellos artistas disponían de equipos de empleados. “Prácticamente la obra la hacían sus trabajadores, el pintor lo que hacía era dar retoques, corregir algo y firmar”.

“¿La obra era enteramente pintada por su mano?, no. ¿Era de su taller?, sí. ¿Era original de él?, sí”, indica para comentar que Jeff Koons, artista estadounidense vivo más cotizado, “tiene 169 personas trabajando para él”. A ellos son a los que encarga trabajos que corrige y firma y toda la obra es suya. “Hace exactamente igual que (se hacía) en el Renacimiento”.

Moreno Mata ha vendido obras creadas con inteligencia artificial en formato A4 a 25 euros y de 50 centímetros por 70 centímetros a 50 euros. Imágenes que puede repetir con un tope de 100 unidades o reproducirlas al óleo, acrílico, acuarela o en dibujo si el comprador así lo demanda.

Informática básica

Y todo asegura que lo hace con un simple equipo informático. Su ordenador con ocho años de antigüedad con el que se conecta al servidor donde está alojada la IA. Es de uso gratuito en muchos casos.

Afirma que le han ofrecido vender sus obras en archivo digital, pero se resiste. Y quiere aprovechar para atraer público a la salas de exposiciones, escasas de afluencia, y que se contemplen físicamente.

Rechaza el planteamiento de quienes desmitifican la capacidad creativa de la inteligencia artificial. Defiende esta herramienta y la compara con una cámara fotográfica de última generación en manos de un buen fotógrafo. Hará imágenes fantásticas; pero si -al contrario- se carece de esos conocimientos, el resultado será de aficionado.

“La clave es quien está detrás de la IA manejándola. Si es una persona cualquiera, será una obra cualquiera. Pero si es una persona con mucho conocimiento y además que se dedica a la creatividad, va a hacer obras creativas”, enfatiza. EFE