Uno de los murales realizados por la artista Marifé Rozalén Reyes en la localidad de Aldeahermosa (Jaén), con los que ha convertido a su pueblo en un museo al aire libre. EFE/Gines Donaire

La artista que convierte a su pueblo en un museo al aire libre

Ginés Donaire | Jaén (EFE).- El primer premio en el Urban Fest, el Festival de Cultura y Arte Urbano de Getafe (Madrid) ha sido el último reconocimiento obtenido por Marifé Rozalén Reyes (Aldeahermosa, Jaén,1997), la artista que ha hecho del muralismo su forma de expresión artística y que ha convertido a su pueblo en un museo al aire libre.

“He querido transformar el entorno urbano aportando color y vida a lugares monótonos o deteriorados”, señala a EFE la artista jiennense, que ha realizado una docena de murales en otros tantos espacios públicos de esta pequeña población de la comarca de El Condado.

Para su Trabajo Fin de Máster Rozalén optó por llevar el arte a la población rural de una manera innovadora y muy especial. “Lo rural también puede ser un espacio de resistencia frente a la homogeneización y la globalización cultural. Puede ser un espacio de memoria, de identidad y de diversidad. Lo rural puede ser un espacio de creación, de experimentación y de innovación”, indica Rozalén.

A su juicio, utilizar el muralismo “es una forma ingeniosa y sorprendente de empoderar un pueblo de unos 1.000 habitantes”, que es el pueblo donde ha nacido y al que ha querido volver.

Medio rural

De este modo, la joven muralista jiennense ha centrado buena parte de sus obras en el medio rural, desde los oficios tradicionales hasta los rincones y lugares que marcaron su infancia.

El proyecto se desarrolló con la intención de embellecer espacios públicos y al mismo tiempo incentivar la participación de la comunidad en la creación artística. Involucra a la comunidad y desarrolla en las personas competencias y aptitudes artísticas.

“Es una manera de acercar el arte a toda la población mediante la creación de murales con diseños inspirados en la cultura local y la naturaleza”, indica Rozalén.

Los murales fueron realizados en espacios públicos como centros educativos, plazas, edificios comunitarios y espacios cedidos por los mismos vecinos del municipio. De este modo, se convierte en un atractivo turístico para los visitantes. Más tarde se realizaron más intervenciones por las calles del pueblo a manos de un grupo de niños bajo la supervisión de Marifé Rozalén.


“Trabajar en la calle te permite generar un diálogo con los vecinos, invitándolos a reflexionar, cuestionar e interactuar con el muro, y además te da la oportunidad de comunicar un mensaje a la sociedad aprovechando el impacto visual y la accesibilidad que conlleva realizarlo en la vía pública”, subraya Marifé Rozalén.

“Participar en el CI Urban Fest ha sido algo increíble. Ver cómo el recinto se llenaba de arte y pasión fue inspirador. La creatividad no tenía límites y los muros se convertían en lienzos vivos. Y luego, recibir el primer premio entre más de 50 artistas ha sido una experiencia indescriptible”, concluye Rozalén sobre su presencia en el Urban Fest. EFE