‘Ver la vida más clara, 20 años de creación en la Fundación Antonio Gala’ es el título de la exposición que se muestra en la iglesia de San Lorenzo, de Úbeda (Jaén). EFE/ Jose Manuel Pedrosa

El paisaje y la figura, en la muestra de Úbeda de la Fundación Antonio Gala

Ginés Donaire | Jaén (EFE). Decía el dramaturgo Antonio Gala (1930-2023) que “ver la vida artísticamente no es cegarse a ella, sino verla más clara”. Una máxima que sirvió como declaración de intenciones para crear, hace ahora 20 años, la Fundación Antonio Gala. Esta nació como plataforma de apoyo a jóvenes creadores plásticos.

‘Ver la vida más clara, 20 años de creación en la Fundación Antonio Gala’ es el título de la exposición que abre sus puertas en la iglesia de San Lorenzo. Se trata de un centro cultural que se alza sobre la muralla almohade que circunvala el casco histórico de Úbeda (Jaén).

La muestra explora la colección de la Fundación Antonio Gala para ofrecer un atisbo de vista a las últimas dos décadas de creadores residentes en Córdoba gracias a su labor de mecenazgo y apoyo.

“Son obras que giran en torno al paisaje como lugar de refugio y comprensión del entorno inmediato, y al estudio de la figura como campo de acción, observación y memoria”. Así lo ha señalado a EFE el comisario de la exposición y actual tutor de pintura de la Fundación Antonio Gala, Rafael Jiménez.

Diálogo visual y transversal

De este modo, se plantea un recorrido por la colección en la que, en cuatro grandes grupos abiertos. “Podemos establecer un diálogo visual y transversal a distintas formas de hacer y ponerlo en relación al inigualable espacio que brinda la iglesia de San Lorenzo”. 

Así, esta muestra se sitúa entre el paisaje como refugio y estudio del entorno inmediato. Lo es tanto exterior como interior en las miradas de Ramón David Morales, Miguel Ángel Moreno Carretero, Gorka García Herrera, Paloma Montes y Daniel Franca- Asimismo de Javier Macipe, Lidia Sancho, Rafael Laureano, Sebas Velasco, Sergio Romero y Ana de Lara.

Por un lado, explora el estudio de la figura como campo de acción, observación y memoria en las obras de Juan Antonio Soria, Cristina Megía, Paco Montañés, Torregar, Gloria Martín, Erick Miraval y Santiago Paulós. También de Pablo Vara, Helí García, Virginia Bersabé, Juande Morenilla, Rosa Aguilar, David Gómez, Quique Sanz, Lucía Tello y María Rosa Aránega.

Aborda el color y la propia pintura como espacio abierto a la experimentación entre forma y fondo a través de los trabajos de Irma Álvarez Laviada, Rubén Rodrigo, Adelaida Campaña, Raul Valero, Ildefonso Cecilia, Diego Balazs y Laura Vinós.

Distintas formas de hacer y estar en el arte

Y, por último, mira hacia las prácticas que rozan lo expandido y experimental, que llevan al extremo los límites de lo que conocemos como cuadro, participando de distintas formas de hacer y estar en el arte.. Lo hace con trabajos de Juan Ude, Johanna Failer, David Villalba, Taro Tokuyama, Salvador Jiménez Donaire, Fran Baena, Ana Daganzo, Gema Rupérez y Guillermo Mora.

En la muestra también existe la indagación personal en torno al color y a la propia pintura como espacio abierto al ensayo entre forma y fondo. Son “actitudes que rozan lo experimental, que llevan al extremo los límites de lo que conocemos como cuadro”, indica Jiménez. 

La Fundación Antonio Gala abrió sus puertas en el año 2002 tras la rehabilitación del convento del Corpus Christi en Córdoba, donde tiene su sede. Desde entonces, la fundación ha otorgado becas de residencia para jóvenes creadores de entre 18 y 30 años, en las más diversas disciplinas: artes plásticas, escultura, ilustración, fotografía, composición musical, novela, poesía…

Durante los 20 años de existencia de la fundación han pasado por ella alrededor de 300 jóvenes creadores, muchos de los cuales han alcanzado un notable reconocimiento artístico.