Finca Veta la Palma, en Isla Mayor (Sevilla), adquirida por la Junta para su incorporación al parque natural de Doñana. EFE/ Julio Muñoz

Veta la Palma, un seguro para la biodiversidad de Doñana frente a la sequía

Enrique Bermúdez I La Puebla del Río (Sevilla), (EFE).- Las 7.600 hectáreas de la finca Veta la Palma, en el municipio de La Puebla del Río (Sevilla), suponen un ‘seguro’ para mantener la biodiversidad del Espacio Natural de Doñana, sobre todo en épocas de sequía, ya que su superficie inundada compensa cuando hay escasez de agua en la marisma natural.

La finca, que estaba en manos privadas, dedicada a la acuicultura de lubina hasta la crisis de la covid-19 y después centrada en el camarón, la adquiere la Junta de Andalucía por 72,6 millones de euros. Un tercio de ellos de recursos propios y el resto de fondos europeos.

Un gran humedal

Con 300 kilómetros de caminos interiores y sus correspondientes cauces de agua, casi en paralelo, suma más de 3.000 hectáreas con inundación. Fundamentales para las aves en los meses con poca agua.

Veta la Palma biodiversidad Doñana
Veta la Palma, un seguro para la biodiversidad de Doñana. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno visita la finca Veta la Palma, en Isla Mayor (Sevilla), adquirida por la Junta para su incorporación al parque natural de Doñana. EFE/ Julio Muñoz

El gran humedal de la finca puede albergar más de 300.000 aves acuáticas, el 60 por ciento del censo del parque. Y en él por ejemplo cría la cerceta pardilla, el pato más amenazado de Europa.

Además, en las más de 4.000 hectáreas situadas al norte de las balsas de acuicultura se sitúan ambientes marismeños (almajos, vetas, caños o lucios). Que aportan una gran diversidad a los que se da un gran potencial mediante intervenciones de restauración.

El reto ahora es adaptar la finca a su nueva función, que ya no será la acuicultura sino mantener la biodiversidad de la zona. Para lo que tiene ambientes que imitan casi a la perfección la zona natural de Doñana, ha explicado a los periodistas el director del Parque, Juan Pedro Castellano, en la primera visita que ha hecho a la finca el presidente de la Junta, Juanma Moreno, tras su adquisición.

Un plan para su adaptación

El plan de actuación, protección y desarrollo de la finca se debatirá próximamente en el Consejo de Participación de Doñana. Con una comisión específica para tratar sus futuros usos y adaptarla a la conservación de la biodiversidad.

Por el momento, aunque ya es de titularidad pública, sigue gestionada por sus anteriores propietarios, al menos hasta final de año. Para que se garantice su funcionamiento mientras se estudia científicamente y se decide qué plan seguir en ella.

La incorporación de la superficie de la finca al Parque Nacional dependerá de muchos factores. Hay una parte que lo tendrá más fácil, porque se parece a la marisma natural de Doñana, en la que interesa mantener el agua lo más dulce posible, y otra de agua salobre que lo tendrá más difícil, ya que ha sufrido una mayor transformación porque estaba dedicada a la acuicultura.

Precisamente la zona más transformada es la que al final da el beneficio ambiental a la finca. Ya que es desde donde se llenan las zonas que se inundan.

Los canales, que en su día se hicieron para desaguar la finca porque sus propietarios tenían la intención inicial de dedicarla a ganadería extensiva, pronto dieron un giro de 180 grados y sirven para inundarla.

Una posición estratégica

La finca ocupa una posición estratégica. No sólo en su relación con las marismas naturales del Parque Nacional, sino también en la conexión con el río Guadalquivir. Y, en concreto, con el Brazo de la Torre, siendo por ello clave para cualquier propuesta de mejora, tanto para Doñana como para el río.

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Veta la Palma, un seguro para la biodiversidad de Doñana. Técnicos durante la visita a la finca Veta la Palma, en Isla Mayor (Sevilla), adquirida por la Junta para su incorporación al parque natural de Doñana. EFE/ Julio Muñoz

La compra de esta finca, cuya negociación ha durado más de dos años (las primeras reuniones fueron en enero de 2021, según los propietarios), ha sido catalogada por el presidente andaluz como la acción más importante que se ha realizado en España para conservar la biodiversidad de los humedales.

La visita por la finca permite a los periodistas comprobar los kilómetros de cauces y lagunas. También aves como los flamencos que disfrutan de sus aguas tranquilas (ahora menos especies porque han terminado de invernar y se reparten con la marisma de Doñana). Y las nubes de mosquitos típicos de la época, que también son biodiversidad.

Un recorrido por los 80 kilómetros que rodean la finca serían buena prueba de su situación privilegiada, desde otear la Sierra de Grazalema, ver la ribera del Guadalquivir, llegar a divisar las Dunas de Doñana y quedarte a poco más de una decena de kilómetros de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). EFE