Francisco Morales tiene 22 años y es graduado y Máster en Estudios Avanzados en Química por la US.. EFE/ José Manuel Vidal

Prácticas universitarias en empresas, un primer paso “necesario” hacia el mercado laboral

Eva Ruiz I

Sevilla, (EFE).- Las prácticas en empresas para universitarios cuentan con la virtud de ofrecer a los estudiantes un mayor conocimiento del mercado laboral que pueden adquirir complementando su formación, por lo que se han convertido en un primer paso “necesario” para llegar a un puesto de trabajo.

Así lo entiende la Universidad de Sevilla (US), cuya directora del Secretariado de Prácticas en Empresas, Innovación y Empleo, María Dolores Borrás, explica a EFE que en muchas de las titulaciones la asignatura de prácticas externas es obligatoria y en otras muchas optativa.

“Cuando el estudiante entra en la Universidad está un poco perdido, pero después se dan cuenta de la importancia que tiene realizar esas prácticas, porque muchos de ellos estudian por tener un empleo de mejor calidad que si no tuvieran esta formación”, argumenta Borrás.

Más de 6.500 entidades

Explica que la US tiene convenios con diferentes tipos de empresas, tanto públicas como privadas, así como con instituciones y organismos, con lo cual “el abanico de posibilidades es bastante amplio” e incluye también a compañías extranjeras, con las que “no solo se adquieren competencias laborales sino también lingüísticas”.

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Prácticas universitarias, primer paso hacia el mercado laboral. Rosa Ramírez, estudiante de ingeniería en diseño industrial y desarrollo de productos, en el cuarto año del grado hizo prácticas curriculares en la empresa BYP Global. EFE/ Raúl Caro.

Entre las más de 6.500 empresas figuran, por ejemplo, Airgroup (Airbus), Bidafarma, Ayesa, Viamed o Green Power, así como la Fundación ONCE, que tiene un programa para la incorporación en prácticas de estudiantes con discapacidad.

Existen por un lado, precisa Borrás, las prácticas curriculares, limitadas al plan de estudios, de forma que el número de créditos que tenga la asignatura lleva asignado un número de horas de estancia en la empresa, y por otro existe la posibilidad de hacer una práctica extracurricular, que no es una asignatura del título.

Al año se realizan a través de la US unas 9.000 prácticas curriculares, con las que en el curso 2022-23 se produjeron 2.321 incorporaciones de las que al menos 335 se convirtieron en contrato laboral, mientras en algunos sectores, como el tecnológico, surgen más ofertas de empleo y son los estudiantes quienes no las aceptan.

Planes formativos y seguimiento

Los alumnos cuentan durante este periodo con un tutor académico y otro profesional, que mantienen relación entre ellos para realizar un seguimiento de las prácticas, que cuentan siempre con un plan formativo acorde a la titulación que se está cursando.

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Prácticas universitarias, primer paso hacia el mercado laboral. Francisco Morales tiene 22 años y es graduado y Máster en Estudios Avanzados en Química por la US. EFE/ José Manuel Vidal

“Un estudiante de Ingeniería no puede irse a una academia de idiomas porque no es una actividad dentro de su propio plan formativo”, pone como ejemplo Borrás, que añade que durante el periodo de prácticas se realiza un seguimiento para estar al tanto de cualquier “anomalía” y se exige tanto al estudiante como al tutor profesional una Memoria al término de las mismas.

En el caso de las extracurriculares, la US solo gestiona aquellas que están remuneradas o cuentan con una “bolsa mínima de ayuda” que permita cubrir los gastos que conlleven y los alumnos pueden solicitarlas a través de una plataforma conectada con su expediente académico, ya que solo se pueden realizar si han superado el 50 % de los créditos del título.

Con una de las normativas de prácticas “más restrictivas” del país, según Borrás, la Universidad de Sevilla fomenta que se realicen en aquellos sectores con menor empleabilidad y supervisa que su actividad “sea formativa y no ocupen el puesto de un trabajador”, con los sectores tecnológico y de salud como los más demandados.

Además la US ofrece formación adicional, como la revisión de currículum o cursos de marca personal o de cómo hablar en público, además de la Feria de Empleo, que se realiza en septiembre coincidiendo con el inicio de curso para, a través de mesas redondas, “acercar las empresas a los estudiantes”.

“Saber lo que te gusta de verdad”

Francisco Morales tiene 22 años y es graduado y Máster en Estudios Avanzados en Química por la US. Su primera intención era dedicarse al mundo de la docencia, por lo que realizó nueve meses de prácticas en una academia en la que se dedicó a enseñar a alumnos desde 3º de la ESO hasta cuarto de carrera.

“Les gusté mucho y me ofertaron quedarme allí, pero no era lo que buscaba en ese momento”, explica antes de añadir que las prácticas del Máster las dedicó después al área de investigación en los laboratorios del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Morales detalla que en su caso ambas fueron experiencias “totalmente gratificantes y diferentes” y le sirvieron para “ver a dónde te podían llevar los mismos estudios y lo que te gusta de verdad, tocando la máxima cantidad de palos posibles para llegar al que sea tu nicho”.

“Te vas especializando hasta llegar a un punto donde te sientes totalmente cómodo y que te encanta”, precisa el antiguo alumno que, tras optar por la química cuántica computacional, hoy en día se dedica a trabajar en el sector informático.

De la teoría a la práctica

Lo mismo opina Rosa Ramírez, estudiante de ingeniería en diseño industrial y desarrollo de productos y que en el cuarto año del grado hizo prácticas universitarias curriculares en la empresa BYP Global, en la que tocaba “todas las partes del proceso, desde las ideas con compañeros hasta escuchar las propuestas de producto por parte de los clientes y buscar soluciones para sus problemas”.

“El papel de un diseñador está tanto en la fabricación de un avión como en la de un teléfono móvil o de un producto publicitario”, indica a EFE, para destacar la variedad de áreas en las que puede desempeñar su labor y que, después de esas seis semanas, podría realizar hasta seis meses más de prácticas extracurriculares.

En su caso, la empresa contactó con ella por si quería continuar, algo que declinó porque su intención es realizar el Máster y “en los dos meses de verano no iba a aprovechar tanto la experiencia”, que aún así recomienda “sin ninguna duda”.

“Entiendo que se considere una asignatura más porque yo he aprendido tantas cosas ahí como lo habría hecho en una asignatura de la carrera, o incluso más, porque pasas de un ámbito teórico a otro más práctico de lo que has estudiado”, argumenta. EFE