Una componente del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), realiza trabajo de campo para una investigación en un lago pirenaico. El IPE, centro perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha constatado un aumento exponencial del aporte de sedimentos y la acumulación de carbono orgánico en los lagos pirenaicos a partir de 1950, que se relaciona con los cambios en la estacionalidad de las precipitaciones y una mayor productividad de algas por el aumento de las temperaturas. EFE/IPE / ***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***

Relacionan el aumento de sedimentos en lagos pirenaicos con la subida de las temperaturas

Zaragoza, 31 may (EFE).- Una investigación del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), centro perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha constatado un aumento exponencial del aporte de sedimentos y la acumulación de carbono orgánico en los lagos pirenaicos a partir de 1950, que se relaciona con los cambios en la estacionalidad de las precipitaciones y una mayor productividad de algas por el aumento de las temperaturas.

El estudio se la llevado a cabo mediante un muestreo llevado a cabo en seis lagos de alta montaña situados a entre 1.870 y 2.630 metros de altitud en los Pirineos occidentales y centrales de España para evaluar la respuesta regional al cambio global actual en las montañas mediterráneas de gran altitud, resultados que acaban de publicarse en la revista académica Scientific Reports, informa el IPE en una nota de prensa.

Según explica Alejandra Vicente, investigadora del IPE y primera firmante del artículo, los mayores cambios durante el último milenio en el aporte de sedimentos y la acumulación de carbono orgánico se produjeron, en todos los casos, a partir de 1850 y 1950 de nuestra era.

Un aumento de flujos que la investigadora relaciona con la caída de más lluvia invernal frente a nieve, “y el consiguiente mayor potencial erosionador de la escorrentía”, explica Vicente de Vera.

De acuerdo con los resultados obtenidos, la investigadora señala que, antes del siglo XX, también hubo fases con altos flujos de sedimentos a los ibones pirenaicos durante periodos de mayor presión humana, como la Edad Media, y durante algunas fases más húmedas de la Pequeña Edad de Hielo (siglos XIV al XIX), pero con mayor variabilidad entre los lagos.

El reciente aumento de la acumulación de materia orgánica y los cambios en las asociaciones de algas diatomeas se debería a la mayor productividad de los lagos, causada por el aumento de las temperaturas y el incremento de los aportes de nutrientes por deposición atmosférica.

Las tendencias recientes de los flujos de sedimentos y de carbono demuestran el rápido aumento del impacto humano y del calentamiento global, que ha afectado no solo a la dinámica ecológica de los lagos alpinos sino también al ciclo hidrológico de las cuencas de montaña.

Aunque los flujos de sedimento fueron altos en otros periodos anteriores, los valores recientes son siempre los más elevados y en el caso del carbono orgánico los aumentos son particularmente elevados en las décadas recientes, informan dichas fuentes.

El trabajo forma parte de la investigación en la red REPLIM en la que se monitorizan los impactos de la variabilidad climática y las actividades humanas (geoportal del Observatorio Pirenaico de Cambio Climático, OPCC: https://opcc-ctp.org/es/geoportal).

El equipo incluye personal investigador del Instituto Geológico y Minero (IGME-CSIC), la Universidad de Salamanca, la Universidad de Valencia, el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC), CREAF y la Universidad Pontificia Católica de Chile.