Jugadores de la escuela de fútbol gambiana Wayeto Footbal Academy equipados con los coleres del Real Zaragoza. SOLO USO EDITORIAL

Wayeto Football: la academia de Gambia en la que los jóvenes visten del Real Zaragoza

Zaragoza (EFE).- La teoría de los seis grados de separación afirma que se puede contactar con cualquier persona del mundo usando cinco intermediarios, seis con el receptor. Pero en esta historia, han hecho falta solo cuatro personas para que las equipaciones del Real Zaragoza lleguen a Lamin, en Gambia, donde las esperaba el fundador de la ‘Wayeto Football Academy’.

Hoy, fruto de la casualidad pero también del empeño, los niños y adolescentes de esta academia local visten los colores del Real Zaragoza a más de 4.000 kilómetros de La Romareda.

Para cubrir esta distancia, todo comenzó con un viaje en avión. Animada por una amiga que ya había hecho un voluntariado con ASEDA Gambia, la enfermera zaragozana Paula Ferrer hizo la mochila el verano pasado para embarcarse en esta experiencia que hoy reconoce que le ha cambiado la forma de ver el mundo.

Fue allí donde conoció a Abdou Aziz Corr, a cargo de los voluntarios de esta ONG. Cuando Paula entabló amistad con Aziz, como se le conoce en la ciudad de Lamin, descubrió que el fútbol era su gran pasión y que en 2007, cuando era jugador profesional en su país, fundó en su comunidad la escuela a la que le hubiera gustado asistir de pequeño: ‘Wayeto Football Academy’.

El empeño de agrandar un sueño

“El fútbol significa mucho para mí. No se trata solo de ganar o perder: es una rutina diaria de aprendizaje para mejorar nuestros objetivos y desarrollar nuestras habilidades mental y físicamente”, explica desde el campo de fútbol donde entrena en una videollamada con Efe este joven de 35 años, que jugó de forma profesional en el ‘Wayeto West FC’, en las categorías juvenil y absoluta.

Al otro lado del teléfono, desde Zaragoza, le responde una cara amiga, la de Paula, que a su vuelta a casa después de este voluntariado en el que estuvo realizando labores de enfermería y sociales se empeñó en ayudar a Aziz en la tarea de agrandar su sueño.

La zaragozana Paula Ferrer en una videollamada con Abdou Aziz Corr, jugador en Gambia, en 2007. EFE/Javier Cebollada

“Me pareció una persona muy buena, con un corazón que no le cabe en el pecho. Cuando me contó su historia en el deporte profesional y sobre su academia me marcó muchísimo, porque tiene una pasión enorme por el fútbol”, señala Paula, que se propuso un reto: recolectar en España el material deportivo que escasea en Gambia para enviarlo a la ‘Wayeto Football Academy’.

Así que se puso manos a la obras e hizo una colecta entre familiares y amigos con la que pudo comprar material como balones, guantes de portero, conos y petos. La noticia llegó a uno de sus compañeros de trabajo, Adrián Iepure, responsable de los servicios médicos del fútbol base del equipo blanquillo, que puso a Paula en contacto con un tercer actor: el responsable de la Fundación del Real Zaragoza, Pedro Suñén. Y así, el envío creció con los uniformes de fútbol base aportados por el club.

Promocionar el zaragocismo por el mundo

“Estamos muy contentos, orgullosos y agradecidos de haber podido participar. Nos mandaron algún vídeo muy animados, jugando con las equipaciones, y sabemos que hemos captado aficionados del Real Zaragoza de por vida allí, que es también uno de los objetivos: promocionar el zaragocismo por todo el mundo”, celebra Suñén, que destaca que la academia de fútbol fundada por Aziz no solo da formación deportiva, sino que supone un lugar para socializar.

Paula recuerda todavía con emoción y agradecimiento el momento en el que llegó a la ciudad deportiva del Real Zaragoza para recoger el material donado y se topó con cuatro bolsas de deporte “repletas de camisetas, pantalones y medias de todas las tallas”.

Jugadores de la escuela Wayeto Footbal Academy posan con camisetas del Real Zaragoza. SOLO USO EDITORIAL.

Un mes más tarde, Aziz esperaba las equipaciones en un puerto cercano a su ciudad, donde llegaron con éxito junto con el resto del material a través de un empresario gambiano con una tienda en España, que envía a menudo contenedores a su país.

Más de cien jóvenes de 8 a 15 años

“Los chicos están muy ilusionados y entusiasmados”, celebra al otro lado del teléfono Aziz, que nada más distribuir el material a sus alumnos, envió a España fotografías de los equipos con mensajes de agradecimiento para Paula, Adrián y el Real Zaragoza.
Porque, como explica el entrenador, poder vestir estos uniformes de calidad significa mucho para sus jóvenes futbolistas, ya que les aporta “seguridad en sí mismos” y les abre las puertas a jugar en campeonatos en los que contar con una equipación es uno de los requisitos.

“Para mí siempre fue un sueño trabajar con niños. Sé que no es un camino fácil porque la gente no conoce las academias de fútbol y sus ventajas. Pero no me importa lo despacio que vaya; mientras tenga clara la dirección no voy a parar, no importa la velocidad o el ritmo”, confiesa el exfutbolista en una carta de agradecimiento.

Esta iniciativa altruista, que nació cuando el joven gambiano era futbolista profesional y que ha mantenido ahora que trabaja para la ONG, ha ido creciendo con el paso de los años y hoy es un punto de encuentro de más de un centenar de jóvenes de entre 8 y 15 años, que además participan en los servicios de limpieza de la comunidad.

Mucho más que un juego

“Las academias de fútbol aquí son también un medio de educación para los niños con menos privilegios para ir a la escuela. Para que tengan esperanza y sueñen con cambiar la vida de muchos”, explica el fundador, que ve el fútbol como “mucho más que un juego”. Para él se trata de “un grupo de personas diferentes que disfrutan jugando juntos para ayudarse mutuamente a conseguir los objetivos y propósitos”.

Aziz, que se inició en el fútbol por tradición familiar, reconoce con orgullo que muchos de sus jóvenes alumnos juegan mucho mejor que él, que no tuvo la posibilidad de formarse en una academia. Algunos de los que entrenó en los inicios de ‘Wayeto Football Academy’ están hoy en Primera División y han viajado al extranjero para competir.

La cantera, “con el sueño de convertirse algún día en jugadores profesionales”, tiene como costumbre reunirse los fines de semana para ver fútbol europeo. “Hace poco, uno de ellos me dijo muy feliz que el Real Zaragoza había ganado 4-1 y eso me emocionó mucho”, celebra el entrenador de estos jóvenes, que ya están vinculados al zaragocismo por mucho más que por sus uniformes.

Por Inés Escario