Anchoas en el puerto de Santoña en el primer día de la costera. EFE/Miguel Ramos

El primer bocarte de la costera llega a las lonjas de Cantabria

Santoña (EFE).- El bocarte (anchoa) ha empezado a aparecer en las lonjas de Cantabria, en el primer día de la costera de esta especie que los pescadores esperan con optimismo.

La costera del bocarte (anchoa) ha comenzado esta fría mañana de miércoles con las primeras subastas en el puerto de Santoña a un precio inicial de 8,05 euros/kilo, si bien ha sido “poco” pescado y de tamaño “normal” para estos primeros coletazos de la campaña.

El barco gallego de cerco Playa de Covas ha sido el encargado de estrenar, sobre las diez de la mañana, la temporada de la anchoa en la región con las primeras 121 cajas de pescado -unos 1.000 kilos-, capturados en el abra de Santoña.

Buen precio el primer día

Su patrón, José Antonio Muñiz, ha mostrado su satisfacción a preguntas de los periodistas por el “buen precio” de venta del género, aunque ha afirmado que aún hay “poco pescado”.

Pescadores en el puerto de Santoña. EFE/Miguel Ramos

De hecho, la mayor parte de la flota de cerco continúa desde la madrugada buscando la anchoa que por el momento se presenta esquiva o entremezclada con una sardina en veda, pese a que en los últimos días se había detectado su presencia en el mar.

“A ver si cambia el tiempo y la temperatura del agua y se levanta el pescado”, ha confiado Muñiz, quien reconoce que “había ganas de que comenzar” la costera porque llevaban “mucho tiempo parado”.

Tamaño “normal” para el arranque de la costera

Su barco ha llevado a puerto un bocarte de 52 granos de tamaño que, en su opinión, para estas fechas es “lo normal” a la espera de que emerja la talla genuina de la costera, por lo que todo lo capturado irá para su consumo a fresco.

El segundo buque en traer anchoa hasta la villa marinera de Santoña ha sido el Nuevo Terreño de Colindres, con otra partida de 900 kilos que se ha vendido a un precio de 8,75 euros/kilo.

La apertura del caladero de la anchoa ha permitido a la práctica totalidad de los cerqueros de Cantábrico iniciar la actividad pesquera que se encontraba mermada por la prohibición, por parte de Europa, de la pesca directa del chicharro (jurel) y la veda de la sardina.