La experiencia de los mayores al servicio de la conservación de los ríos

Ramales de la Victoria (EFE).- Un proyecto piloto en Cantabria está recabando los conocimientos de las personas mayores que habitan en la cuenca del río Asón para aplicar sus experiencias en beneficio de la protección y conservación del medio natural.

Se trata de la iniciativa “Asón Lab: tejiendo redes para la transmisión de saberes”, impulsada por la entidad sin ánimo de lucro Red Cambera, que entremezcla objetivos medioambientales con otros de carácter social, de cara a paliar el problema de la soledad no deseada entre ese colectivo.

“La sensibilidad y aportación que pueden ofrecer las personas mayores parece que no se tiene en cuenta en determinadas competencias”, asegura a EFE la coordinadora del proyecto Asón Lab, Paloma Fernández Valdor.

Con este laboratorio ciudadano de metodología adaptada, se intenta “generar espacios” en los que los habitantes del territorio del Asón puedan compartir su relación humana con el río, a través de “recuerdos pasados” para compararlos con su “percepción presente”.

“Por ejemplo, qué prácticas perjudiciales para el medio ambiente se han conseguido eliminar, o las buenas que se han olvidado, pero convendrían recuperar”, detalla su coordinadora.

Lavaderos y molinos

Los participantes que acuden a estas dinámicas abiertas, en especial a mayores de 65 años, aluden al factor de socialización que antaño se generaba en los lavaderos enclavados en la ribera del río o en los molinos fluviales para moler el grano.

“Eran actividades que tardabas varias horas en hacerlas y allí se juntaban las personas para charlar”, explica Paloma Fernández Valdor sobre algunos de los testimonios recogidos.

También se habla de hábitos que ya parecen evocar a libros de historia, como llenar cubos de agua del río simplemente para consumir en casa o alimentarse de peces, como truchas o salmones, que, según cuentan, “ya no abundan tanto como antes” y conformaban la dieta principal de los residentes a mediados del siglo pasado.

Unas costumbres básicas de supervivencia que se complementaban con el ocio o disfrute de darse un chapuzón en los días calurosos o congregarse en jornadas festivas en torno a zonas de recreo.

Los ríos están más sucios

Por otro lado, la apreciación de ahora para estos ‘sabios’ de la vida es que el “río está más sucio” pese a que existen instalaciones de saneamiento y, sin nombrar expresamente el término “cambio climático”, detectan una falta de caudal, sumado a periodos de sequía que antes, dicen, no se producían.

A través de diversas sesiones, que se extenderán a lo largo del año, los técnicos de Asón Lab recopilarán todas estas opiniones surgidas en seis municipios de la cuenca del Asón: Ampuero, Arredondo, Ramales de la Victoria, Rasines, Ruesga y Soba.

Con esas experiencias se acordarán acciones concretas en relación al río que están “aún sin definir”, porque el proyecto se encuentra en una fase inicial con las primeras reuniones de “mapeos” que están arrastrando a un número importante de curiosos y adeptos.

Asimismo, se editará un guía en la que, no solo contemplará la metodología de trabajo aplicada, sino también los resultados para poder replicar el modelo en otras cuencas vertebradas por fluviales.

Desde 2010, Red Cambera anima a través de distintas iniciativas a que los ciudadanos participen de forma voluntaria en la conservación de la naturaleza, sobre todo, en los ecosistemas de los ríos.

El proyecto Asón Lab, que cuenta con la financiación de la Fundación EDP, supone un paso más en la finalidad de involucrar a todos los rangos de edad, ya que se centra en la aportación de personas mayores de 65 años gracias al respaldo de asociaciones de jubilados y culturales, ayuntamientos, servicios sociales y la Universidad Permanente para la Tercera Edad de Cantabria (Unate). EFE

Por Miguel Ramos