Torrelavega (EFE).- El chef Borja Moncalvillo, del restaurante Origen, de Castro Urdiales, se ha proclamado, por segunda vez consecutiva, el mejor cocinero de Cantabria y representará a la región en el Certamen Nacional de Gastronomía que se celebrará en Logroño a finales de noviembre.
Moncavillo y su ayudante Beatriz Álvaro han ganado con platos de conejo y de trucha salmonada, que el jurado ha valorado por encima de las propuestas culinarias de Ignacio Gutiérrez y Teresa Gavín, del Hotel Balneario de Solares; y de Miguel Borreguero y Esteban Alonso, de la Ostrería de San Vicente de la Barquera.
Este plante de ganadores es el mismo que en la edición de 2022, lo que para el organizador del certamen, Floren Bueyes, confirma la “gran profesionalidad” de los cocineros de Cantabria y el “altísimo nivel” de los fogones de la región.

Borja Moncalvillo ha asegurado que ganar de nuevo este concurso (las anteriores fueron en 2022 y 2018) “supone una gran satisfacción” tanto porque lleva el nombre de Nacho Basurto, chef cántabro fallecido hace tres años, como por el nivel del resto de cocineros participantes.
Ha explicado que comenzó el concurso “más intranquilo” frente a los otros cinco chefs de Cantabria, quizá por la responsabilidad de haber ganado el pasado año, pero también porque durante el trabajo estaba viendo “platos muy interesantes” del resto de competidores, y le parecía muy difícil volver a vencer.
“Especial desafío”
Ha destacado el “especial desafío” que suponía la trucha, porque es un producto que no lo trabaja mucho, y el conejo, otro producto que casi ha desaparecido de las cartas de los restaurantes, lo que ha obligado a todos los competidores “a un esfuerzo extra” al idear las presentaciones.
Para ello, ha tirado del clásico “que funciona siempre” como es la trucha cocinada a baja temperatura (55 grados durante 12 minutos) y el jamón ibérico, puliendo los sabores para hacer “un plato de concurso”.
Respecto al conejo, el plato ganador es un guiso tradicional “pero con su historia”, ya que había una parte de escabeche de la carne del animal macerada con un vinagre de 25 años.
Moncalvillo ha indicado que la experiencia del pasado año en Mérida le vale para saber lo que no tiene que hacer, ya que lo aprendido le vale para afrontar un certamen “muy especial y que tiene unas reglas muy exquisitas” en cuanto al formato y la logística.
Javier G.Paradelo