Santander, mar (EFE).- El tiempo al inicio de la Semana Santa en Cantabria, como en toda la Península, estará marcado por la llegada de borrascas atlánticas que, en principio, “lo más probable” es que den lugar a precipitaciones, según ha avanzado a EFE el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la comunidad autónoma, Arcadio Blasco.
“Todavía hay mucha incertidumbre, pero, a día de hoy, el escenario más probable es que se mantenga la inestabilidad en toda la Península y Baleares, y que sigamos bajo la influencia de bajas presiones y de frentes asociados, lo que se traduce en precipitaciones generalizadas”, ha señalado Blasco.
En la tarde de este sábado se espera la entrada de un frente frío, que dejará precipitaciones débiles y dispersas, mientras que el domingo, a priori, será un día con “bastante estabilidad, sin cambios en las temperaturas y, en principio, no debería llover”.
Las cosas cambian a partir del lunes, cuando está previsto que aumente la inestabilidad en toda la Península y en Baleares por la influencia de bajas presiones y frentes asociados.
El lunes, señala el delegado de la Aemet, entrará un frente que “barrerá” la Península de sur a norte y que a Cantabria le empezará a afectar en la segunda mitad del día, con precipitaciones que se esperan generalizadas y una bajada en la cota de nieve.
Esa situación se mantendrá hasta el martes, día en el que la inestabilidad será más latente, con más lluvias y “un bajón” de temperaturas, una situación que se mantendrá el miércoles.
Incertidumbre por una Semana Santa ‘tempranera’
A partir del jueves se manejan diferentes escenarios, ya que “aumenta la incertidumbre”, pero a día de hoy el más probable es que siga la inestabilidad. “Hay que estar pendientes de la predicción, dado que la incertidumbre es bastante elevada, sobre todo de cara al Jueves Santo y días siguientes”, ha incidido.
La dificultad en el pronóstico del tiempo está en que esta Semana Santa, al ser en marzo, cuando comienza la primavera astronómica, coincide con “una época de cambios. Es una transición entre el invierno y el verano, entonces, es más fácil que la situación sea más inestable. Esto influye mucho”, ha apuntado Blasco.
Si la Semana Santa fuese en abril, ha añadido, la predicción “no tendría quizás tanta incertidumbre”, porque es una época más estable.
