El presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero, en una imagen de archivo. EFE/ Ángeles Visdómine

Fin a la herencia que le cuesta 11 millones a la Diputación de Albacete

Albacete (EFE).- La Diputación Albacete aprobará en el pleno de abril, que se celebrará el día 20, pagar los ocho millones que restan de la condena por la herencia de Purificación Urrea, decisión con la que el equipo de Gobierno espera dar carpetazo a una “herencia envenenada” cuyo origen se remonta a 1968.

El vicepresidente Económico de la Diputación, Fran Valera, ha explicado que, una vez tomada la decisión de abonar la cantidad pendiente para devolver la herencia, la medida tiene que pasar por el pleno de la institución y, tras su aprobación en pleno, la resolución tendrá que estar 20 días en exposición pública y ya se podrá proceder a hacer el pago.

Condenada a pagar 11 millones por rendimientos de las fincas

La Diputación de Albacete fue condenada a pagar once millones de euros y la devolución de los bienes que había recibido por la herencia de Purificación Urrea, de los que la institución provincial ya ha abonado tres millones y ahora ingresará los ocho restantes.

El juzgado condenó a la Diputación a este pago, en concepto de rendimiento (entre 1968 y 2014) de las fincas rústicas vinculadas a la herencia que la institución provincial recibió de Purificación Urrea.

Una de las fincas está en Albacete capital, la de ‘Las Tiesas’, sede del Instituto Técnico Agrario Provincial (ITAP) y donde se han llevado a cabo diversos estudios de investigación.

También se incluyen la finca San Gregorio, en Alpera; y Casa del Pozo, en Valdeganga, ambas en esta misma provincia.

La Diputación de Albacete decidió no recurrir la sentencia

En julio del año pasado, se conoció que la Audiencia Provincial ratificaba la sentencia del Juzgado de 1ª Instancia número 5 de Albacete, que condenaba a la Diputación a devolver la herencia por no haberse cumplido las condiciones que estipuló la fallecida al legar sus bienes y, aunque cabía recurso ante el Tribunal Supremo, la institución provincial decidió no recurrir.

El presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero, cuando comunicó la decisión de no recurrir, argumentó que la institución provincial no compartía “el fondo de esa sentencia ni el pago de esa indemnización” ya que la Diputación no había poseído los bienes “de mala fe desde el año 1968”.

Sin embargo, defendió que “las sentencias se acatan” y que el recurso solo prolongaría aún más el cierre de la cuestión.

De hecho, la decisión de no recurrir la sentencia al Supremo se adoptó, por unanimidad de todos los grupos políticos presentes en la institución, en el Pleno de septiembre del pasado año.

Pedía un hospital para niños pobres

Los hechos se remontan a finales de la década de los 60, con la muerte de Purificación Urrea, cuando la Diputación de Albacete recibió su legado.

En su testamento, reflejaba la condición de que en la finca de “Las Tiesas” debía destinarse a la construcción de un hospital para niños pobres “enfermos y desvalidos” que nunca se llegó a realizar.

Urrea había pedido, inicialmente, que su herencia pasara a la congregación San Juan de Dios, con la condición de que en sus terrenos se levantara ese hospital para atender a niños pobres “enfermos y desvalidos”.

Si la congregación lo rechazaba -como así sucedió- iría a la Diputación de Albacete, que su padre había presidido años antes.

También legó muebles y hasta un Mercedes

Entre su herencia, que está inventariada al detalle, había incluso algunos muebles que han estado en el palacio que acoge la institución provincial y hasta un viejo turismo de marca Mercedes, si bien el principal valor estaba en las fincas.

El asunto ha estado en los tribunales más de 20 años, puesto que fue en el año 2000 cuando sus sobrinos denunciaron a la Diputación por no haber construido el recurso que había pedido por escrito Purificación Urrea como última voluntad.

En “Las Tiesas”, durante años, sí llegó a haber un centro de atención a drogodependientes, pero nunca el proyecto que Urrea había pedido al ceder su herencia a esta institución.

En pocas semanas, sus bienes pasarán a manos de sus sobrinos y la Diputación dará el carpetazo definitivo a este asunto, que le ha costado once millones de euros.