Las peñas y agrupaciones de Ciudad Rodrigo (Salamanca) levantan a base de clavos y madera la plaza de toros que albergará los principales festejos de su Carnaval. EFE/Óscar R. Ventana

La plaza de toros efímera que se construye en tres días cada carnaval

Cristina García Casado | Salamanca (EFE).- Desde el siglo XV, centenares de vecinos levantan en tres días una plaza de toros efímera en Ciudad Rodrigo (Salamanca), una tradición que está camino de ser declarada bien de interés cultural de carácter inmaterial.


El coso se monta y se desmonta cada año en la Plaza Mayor de la localidad para acoger los festejos taurinos del Carnaval del Toro, una de las fiestas populares más antiguas de España, que este año se celebra entre el 17 y el 21 de febrero y que tiene su centro neurálgico en esta plaza de toros efímera .

Las peñas y agrupaciones de Ciudad Rodrigo (Salamanca) levantan a base de clavos y madera la plaza de toros que albergará los principales festejos de su Carnaval. EFE/Óscar R. Ventana


La construcción comienza el viernes previo a la celebración del carnaval, cuando abuelos, padres e hijos levantan con sus propias maderas los tradicionales “tablaos”.


Los vecinos son los responsables del traslado, montaje y desmontaje de las maderas, que se limpian y se guardan hasta el año siguiente.

Los peñistas y vecinos del municipio salmantino de Ciudad Rodrigo mantienen la tradición de levantar cada año, a base de maderas y clavos, la plaza de toros que acogerá los principales festejos del Carnaval.EFE/ Óscar R. Ventana


Este fin de semana se ha vivido en Ciudad Rodrigo el tradicional ambiente festivo que acompaña la construcción de la plaza, que se desmontará el Miércoles de Ceniza, siguiendo el ciclo que repite este ritual ancestral año tras año.


Más de 200 vecinos participan en el montaje y suelen verse hasta tres generaciones de una misma familia. Esta construcción solidaria es el elemento más característico del peculiar Carnaval del Toro: un festejo que combina los disfraces con los toros desde 1732.


Bien de interés cultural


Este sábado, los mirobrigenses celebraron no solo las vísperas de su fiesta más preciada sino también el inicio del trámite para que la construcción de esta plaza efímera sea declarada bien de interés cultural de carácter inmaterial.


“Llevábamos mucho tiempo peleando por ello. Estamos muy contentos de que se haya iniciado el expediente y esperamos que se concluya con resultado positivo”, ha indicado a Efe el alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias (PP).

La plaza de toros rectangular se levanta a base de madera y clavos, fundamentalmente, a cargo de peñas y vecinos de Ciudad Rodrigo, en una tradición que pasa de generación en generación. EFE/ Óscar R. Ventana


Para dar a conocer esta buena noticia a los vecinos, se leyó en público la declaración de los méritos para que esta tradición obtenga el esperado reconocimiento. El pasado 13 de enero se inició el procedimiento oficial por parte de la consejería de Cultura de Castilla y León, según recoge el Boletín Oficial del Estado.


“Transmitida y mantenida como patrimonio vivo de generación en generación, la construcción de la plaza de toros de Ciudad Rodrigo constituye una expresión significativa de la forma de vida de una comunidad y un elemento de vinculación o relación social originario tradicionalmente desarrollado en ese territorio”, indica ese documento.


La consejería pide “la máxima consideración” para este legado ancestral “por la preservación de su espíritu y el mantenimiento del modelo y modo constructivo”, así como por “el aprecio colectivo de todos los ciudadanos”.


Plaza de toros con 600 años de historia


La referencia más antigua de la plaza efímera de Ciudad Rodrigo data de 1418. Desde entonces ha sido el referente taurino y el enclave oficial para la celebración de todo tipo de festejos, si bien las primeras fuentes que vinculan toros y carnaval son del siglo XVIII.


Se trata de una plaza de toros “atalancada”, construida enteramente en madera, que se monta y se desmonta mediante la labor artesanal de los ciudadanos que, organizados en diferentes gremios, participan año tras año en su construcción.


El coso tiene forma cuadrangular, con unos 955 metros cuadrados, 55 metros de largo y 18 de ancho. Está formado por cinco puertas y cuarenta y siete “tablaos”, que se obtienen en una subasta popular. Los soportales y planta baja de la Casa Consistorial se convierten en toriles durante los días de carnaval.

En la imagen, un peñista coloca parte de la bancada en la que se sentarás los aficionados a los toros durante el Carnaval.EFE/Óscar R. Ventana


“La singularidad e importancia de la plaza de toros de Ciudad Rodrigo viene dada por su carácter efímero, montada y desmontada cada año; por su proceso de construcción artesanal con técnicas y soluciones características y por una ejecución solidaria a la que contribuye la propia comunidad”, reza el expediente que quiere blindar esta tradición como bien de interés cultural. EFE