Adrián Arias | Valladolid (EFE).- El estrés de la urbe y la ardua tarea de recolectar dientes para que todos los niños tengan su regalo ha motivado que el ratoncito Pérez haya decidido dejar atrás su vida en la ciudad y se haya mudado al pueblo para llenar así de jóvenes visitantes el corazón de la España despoblada.
La localidad escogida por el ratoncito Pérez para pasar sus días ha sido la tranquila localidad palentina de Velilla del Río Carrión -1.200 habitantes-, mientras que su también amigo mágico Pignon lo ha hecho al municipio vallisoletano de Pedrajas de San Esteban -3.300 habitantes-.
Sin embargo, estos dos entrañables seres han dejado las puertas de sus nuevas casas abiertas para que todos aquellos que quieran conocer dónde viven puedan hacerlo gracias a dos rutas ideadas para los más pequeños en ambas localidades, como cuenta en una entrevista a la Agencia EFE el creador de este universo, Luis Eduardo Ibáñez.
Todo surgió, cuenta, hace poco más de dos años cuando, dando un paseo por su Velilla natal con su padre, al que le habían detectado por entonces un cáncer terminal, su progenitor le alertó: “Mira el agujero en ese árbol, parece la casa del ratoncito Pérez”. Entonces, se le encendió la bombillita.
De esta idea de su padre, que poco tiempo después falleció, surgió “La ruta de las ilusiones”, que echó a andar en Velilla del Río Carrión de la mano de la ruta del ratoncito Pérez, que al poco se sumó una segunda: “La ruta del arcoíris”, enfocada a todos aquellos niños que padecen alguna enfermedad.
Vida a los pueblos
Desde hace décadas en Velilla y desde hace algunos años en Pedrajas, el fantasma de la despoblación merodea por sus calles. La primera, ubicada en una zona minera en pleno proceso de descarbonización y, la segunda, afectada por la crisis del piñón -su principal fuente económica- ambas localidades ven en este tipo de iniciativas un recuerdo de lo que antaño fueron.
Niños corriendo por las calles, padres preguntando a los lugareños cómo encontrar tal calle y vecinos apostados en sus puertas para servir de guía a los forasteros que llegan cada fin de semana en busca del ratoncito Pérez y de Pignon se está convirtiendo ya en algo habitual en estos pueblos.
“Apostamos por los pueblos pequeños como recurso turístico”, explica Ibáñez, que indica cómo sus rutas tienen paradas programadas en los principales puntos de interés de los municipios, como los bares, las tiendas o los monumentos, para que los visitantes también hagan gasto en el pueblo.
Esto ha provocado que los paisanos estén “encantados”, hasta el punto que en verano “sacan las sillas a la calle y participan ellos en las rutas como guías”, indica Ibáñez, mientras que el alcalde de Pedrajas de San Esteban, Alfonso Romo, destaca cómo la iniciativa, impulsada desde el Consistorio, ha tenido una gran acogida en el pueblo y entre la gente que regenta algún negocio.
La expectación generada ha provocado que, en tan solo dos años que lleva en marcha, hasta 60.000 personas se han animado a visitar al ratoncito Pérez en Velilla del Río Carrión, empujados también por el tirón que estas rutas tienen en redes sociales, con decenas de famosos e ‘influencers’ que recomiendan esta experiencia.
Próximas rutas
Tal es la acogida que han tenido estas dos rutas que Ibáñez, quien también regenta una empresa de espectáculos con la que ha montado un musical sobre el ratoncito Pérez, ya tiene programada la apertura de otros dos recorridos también en pequeñas localidades de Castilla y León, como en Fresno el Viejo, en Valladolid, -900 habitantes- y en Becerril de Campos, en Palencia, -750 habitantes-.
Finalmente, también tiene ya en mente dar el salto a otra Comunidad, concretamente a Aragón, donde ya han iniciado los contactos para llevar unas de estas mágicas creaciones a Alcañiz (Teruel).EFE
