Renedo de Esgueva (Valladolid), (EFE).- Sólo la mente y un ábaco es lo que han tenido este sábado los 150 niños de nueve comunidades para lograr el reto de hacer 70 cálculos en menos de 5 minutos.
Trece columnas, dos filas y 65 cuentas son los números de un ábaco japonés, ‘soroban’ en lengua nipona, y la puerta a decenas de operaciones aritméticas que van desde una simple suma hasta raíces cuadradas y ecuaciones exponenciales.
La mente y el ábaco de niños de nueve comunidades
Esa ha sido la herramienta que ha acompañado este sábado a más de 150 alumnos de quince provincias de nueve comunidades que han participado en el décimo Campeonato Nacional de Cálculo Mental, celebrado en Renedo de Esgueva (Valladolid).
Sólo la mente y un ábaco han usado en esa competición los escolares de entre 5 y 13 años repartidos en diez niveles que han participado para superar el reto de realizar 70 cálculos en menos de cinco minutos.
No ha habido ni calculadora, pantallas o Inteligencia Artificial que les ayude: solo su mente y su “soroban”.
El “soroban”, una herramienta milenaria
“Trabajamos con el ábaco japonés, una herramienta milenaria que aporta unas capacidades en el desarrollo cognitivo, la atención y la concentración que son todo un éxito”, ha explicado a EFE el miembro del equipo directivo de Aloha, Antonio Palos.
La organización espera alcanzar el medio millar de asistentes entre familiares y escolares provenientes de Madrid, Toledo, Valladolid, León, Burgos, Soria, Lleida, Mallorca, Asturias, Coruña, Almería, Málaga, Huelva, La Rioja y Valencia.
Uno acudirá al campeonato mundial de Malasia del 30 de julio
Del certamen saldrá el campeón de España y uno de ellos acudirá al campeonato mundial que se celebra en Malasia el próximo 30 de julio.
De hecho, fue en Malasia donde nació el programa educativo Aloha Mental Arithmetic, que desde entonces no ha dejado de acumular seguidores por sus efectos positivos en el rendimiento académico de los alumnos,.
La mejora no solo es en las matemáticas, sino en otras habilidades como la memoria o la concentración, “que hoy es algo que las familias demandan muchísimo”.
Pese ser un método tradicional muy extendido en Asia, contar con un ábaco en el que su fila superior tiene una cuenta que vale cinco y la inferior, otras cuatro que valen uno, no está reñido con la tecnología ni con la docencia que ofrecen colegios e institutos.
Tras ese aprendizaje también hay tiempo para la calculadora
“Una cosa no quita la otra”, asegura Palos, que explica que esta herramienta es complementaria al resto, ya que en el colegio los niños aprenderán a “sumar y a restar de forma tradicional, aquí lo hacen de otra forma y, más adelante, utilizarán la calculadora”.
Sin embargo, los organizadores de esta décima edición sí buscaron que la localización en ese municipio vallisoletano de Renedo de Esgueva estuviera alejada del ruido.
Se trata de que los menores después de hacer la prueba “pudieran pasar el día en una zona verde, sin máquinas, porque queríamos conectar el ábaco tradicional con la naturaleza”.
La ubicación también va a hacer la mayoría de los participantes procedan de centros educativos de la provincia de Valladolid.
Y así ha habido del Lourdes, Compañía de María La Enseñanza, Agustinas o el CEIP Joaquín Díaz de la Cistérniga, entre otros.
Una situación muy diferente a la derivada de la pandemia de la covid-19, que Antonio Palos califica como “un antes y un después” al no poder celebrar encuentros casi en tres años.
Pero empiezaz a recuperar la normalidad, como demuestran más de un centenar de niños que “juegan a las matemáticas” con un ‘soroban’ en un pueblo de Valladolid. EFE
