La directora de 'Muyeres', Marta Lallana.EFE/Nacho Gallego

‘Muyeres’, un canto a la tradición que se difumina en la memoria

Adrián Arias | Valladolid (EFE).- Un listado con nombres de mujeres que conservaban en su memoria todo el acervo del saber popular era cuanto Marta Lallana (Zaragoza, 1994) tenía para dar forma a su obra ‘Muyeres’, que se estrena este lunes en la 68 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) con el lamento de su directora de haber llegado “diez años tarde”.


“Muchas de esas mujeres no recuerdan los cantares, otras, lamentablemente, han muerto en los últimos años”, expresa en una entrevista con EFE Lallana antes de que su obra se estrene en la sección Punto de Encuentro y en la que reconoce que cuando comenzó este obra, centrada en el patrimonio oral, lo tenía “demasiado romantizado”.


Es entonces cuando esta zaragozana afincada en Barcelona se da cuenta de que está “buscando un imposible”, algo que “está desapareciendo y se le está yendo entre las manos”, un saber popular con siglos de tradición que puede quedar interrumpido en nuestros días.


A pesar de esta congoja, Lallana consiguió recuperar de las recónditas aldeas asturianas la historia de Carmina, Constantina en la obra, una mujer que guardaba en su memoria el cantar más antiguo constatado en España, el de la historia de Blancaflor y Filomena, una adaptación medieval peninsular de un mito griego clásico.


Los resquicios de un mundo que desaparece


Por ello, más que un fin etnográfico y de recuperación de este saber, Lallana se propuso en su obra hacer un retrato de “los resquicios de un mundo que está desapareciendo”, ya que estas mujeres son “las últimas guardianas de este saber”, que por otro lado fue documentado hace años, pero cuyos archivos están “guardando polvo” en algún museo.


Pero, lejos de poner sobre sus hombros la labor de preservar este saber, Lallana subraya que ella no se ha sentido nunca con la responsabilidad de poner este saber a resguardo: “Simplemente es un tema que me obsesiona mucho, el de la memoria, el paso del tiempo. El qué seremos si todo lo que nos ha precedido cambia…”.


“Simplemente he querido poder profundizarlo desde esta historia, pero no me siento para nada responsable”, incide la cineasta, que sí que lamenta cómo en la sociedad actual “se piensa muy poco en la gente mayor y en todo lo que aún pueden aportar con su sabiduría”.


La música, el hilo conductor de un paisaje en blanco y negro


Bajo la dirección musical de Raül Refree, esta historia de las ‘muyeres’ asturianas se desarrolla en un blanco y negro que evita las distracciones de los verdes prados del norte para centrar la historia en el mensaje: la memoria que se escapa.


Como un asceta, Lallana cede el protagonismo narrativo de la obra, en su debut en solitario, a un hombre que lo abandona todo para poner rumbo a las montañas, en las que su cometido será preservar la cultura y los cantares populares.


Con el compositor y productor Refree como protagonista, realidad y ficción se entremezclan una cinta que plasma la belleza del monte y la sabiduría de los rostros surcados de arrugas que hacen añorar con nostalgia el cálido abrazo de una abuela.EFE