El ilustrador coruñés Miguelanxo Prado, Premio Nacional de Cómic en 2013, autor de la multipremiada obra "Trazo de tiza", posa durante la presentación de la reedición por Norma Editorial con motivo de su 30 aniversario, una edición que contiene varios extras que se presenta hoy en la capital catalana.

Miguelanxo Prado celebra 30 años de “Trazo de tiza”, una obra que rompió corsés

Barcelona,(EFE).- “Trazo de tiza”, la obra de Miguelanxo Prado que rompió corsés generacionales y demostró que cualquier buena historia puede ser contada en viñetas, cumple este año su treinta aniversario, con la certeza de haber superado la prueba del paso del tiempo “decentemente”, según ha reconocido este martes el autor, con su modestia habitual.

Para celebrarlo, Norma Editorial ha reeditado este multipremiado libro con una edición especial, en la que hay más dibujos que en la primera, un prólogo de Álvaro Pons, un dosier gráfico a modo de epílogo y una nueva portada.

“La imagen de esta portada no se podría haber utilizado en la primera edición porque entonces era necesaria una portada gancho -ha explicado Prado-. Pero ahora ya podemos elegir una portada de madurez y decir claramente: ‘no te voy a engañar, lo que hay dentro no es trepidante, sino que tiene mucho de contemplativo”.

Una obra rompedora en su momento

El carácter contemplativo y poético de “Trazo de tiza” fue lo que la convirtió en una obra rompedora, en un momento en el que parecía imposible que un cómic no fuera de acción.

Miquelanxo Prado debutó en los setenta y se dio a conocer en los 80 con sus alabadas aportaciones a la ciencia ficción.

“En aquella época mis editores me decían ‘está muy bien, pero intenta que pase algo y que los personajes no hablen tanto”, ha recordado.

“Yo me sentía mal encajado -ha añadido-, así que me di el regalo de hacer una obra a mi manera, aunque estaba convencido de que después me dirían: ‘venga, has podido hacer una, pero hay que volver a lo de antes”.

Premiada en los salones del cómic de Barcelona y Angoulême

Sin embargo, fue un éxito que obtuvo el Premio a la Mejor Obra en el Salón del Cómic de Barcelona en 1994 y el Premio Alph-Art del Festival de Angoulême ese mismo año.

“Fue mi salvoconducto -ha reconocido Prado-, a partir de ahí vi claramente que yo nunca triunfaría en el territorio de los best-seller, pero que podría encontrar un lugar en un espacio nuevo que se estaba abriendo y que era la vía del prestigio y de la obra de autor”.

Con el paso del tiempo, “Trazo de tiza” ha atrapado a varias generaciones y es “uno de los principales cómics europeos de los últimos tiempos”, según el editor Alvaro Nofuentes.

“Creo que la clave del éxito de ‘Trazo de tiza’ es que no es un cómic masculino, sino que gusta tanto a hombres como a mujeres, y que despierta interés cíclicamente porque no está ambientado en una época concreta y porque tiene varias lecturas, de manera que puede interesar a gente joven y no tan joven”, según el autor.