Barcelona/San Sebastián (EFE).- El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, y el lehendakari, Íñigo Urkullu, han rechazado este martes reunirse con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la ronda con mandatarios autonómicos que prevé celebrar antes de acudir el 26 de septiembre al debate de investidura en el Congreso de los Diputados.
Urkullu, en la rueda de prensa que ha ofrecido tras la reunión del Consejo de Gobierno, en la que ha sido el punto de partida del nuevo ciclo político para el dirigente vasco, ha recalcado que Vox condiciona “sí o sí” la política del PP, y eso supone choca “radicalmente” con los principios que defiende el PNV.
Ha revelado el lehendakari que Feijóo le pidió por escrito una reunión, a lo que contestará con una llamada telefónica a partir de este martes.
“Nada que hablar” en Cataluña
La negativa de Urkullu ha trascendido poco después de la dada por el Govern de Catalunya. La portavoz de la Generalitat, Patrícia Plaja, ha confirmado que el presidente catalán, Pere Aragonès, tampoco se reunirá con Núñez Feijóo en esa ronda mandatarios autonómicos previa a la investidura: “No hay nada que hablar”.
En rueda de prensa tras la primera reunión del Consell Executiu catalán tras el parón estival, Plaja ha cerrado la puerta a una posible reunión entre ambos dirigentes: “Aragonès no se reunirá con Feijóo ahora para hablar de nada”.
Aunque la portavoz ha asegurado que la Generalitat “no tiene conocimiento” de ningún posible encuentro ni ha recibido “petición oficial” al respecto, sí ha sido tajante al descartarla de antemano: “No hay nada que hablar entre Aragonès y Feijóo sobre una hipotética investidura entre PP y Vox”.

Llamamiento a la unidad independentista
Precisamente sobre esa situación de “interinaje” en la Moncloa tras las elecciones generales, Plaja ha instado a ERC y JxCat a “aprovechar” su fuerza en el Congreso para “profundizar” en la negociación con la Moncloa y lograr acuerdos “tangibles” que han de pasar, ha apuntado, por una amnistía y la autodeterminación, además de otros aspectos como infraestructuras o economía.
La portavoz, que ha avisado de que una repetición electoral sería un “mal escenario”, ya que supondría dar “una nueva oportunidad a la derecha y la extrema derecha”, ha instado a las fuerzas independentistas a “caminar juntas y unidas” para “ser más fuertes” en esa negociación para una posible investidura de Pedro Sánchez.
Dos tiempos alrededor de la investidura
El lehendakari, en las declaraciones a los medios que ha ofrecido en San Sebastián, ha considerado que “hay un tiempo previo al debate de investidura”, previsto para el 26 y 27 de septiembre, y otro posterior.
En el actual, “corresponde a los partidos la negociación” para la obtención de apoyos y “no a los presidentes autonómicos”, ha remarcado.
Además, Feijóo “sabe perfectamente que, salvo Cataluña, Canarias y Euskadi, el resto de comunidades están presididas por el PP o el PSOE, por lo que conoce bien cuáles son sus planteamientos”, ha insistido.
Urkullu hablará después, en todo caso
A su juicio, lo lógico sería que, si Feijóo es investido presidente, sea entonces cuando se siente a hablar con el líder del PP, en ese caso “en calidad de lehendakari y sobre las cuestiones” que afectan a la región. “Aún así no me negaré nunca a hablar ni con Feijóo ni con nadie”, ha subrayado.
Respecto a su posición respecto a la investidura del líder de los populares, ha señalado que “se publican comentarios” que “poco a nada tienen que ver” con lo que piensa y ha asegurado que se han realizado con “interés de parte”.
“Vox cuestiona la Ertzaintza, Euskal Telebista, Osakidetza, el euskera” y “todo lo que representa el autogobierno”, ha afirmado.
“En el ejercicio de la política es necesario tener un mínimo de coherencia con los principios y, si lo tiene Vox o el PP, yo también lo tengo, y soy abertzale, nacionalista, incluyente, abierto al mundo humanista y progresista en política social”, ha zanjado.
En todo caso, ha indicado que se abre una “legislatura incierta”, sea cual sea la opción presidencial, si no se produce una repetición electoral que “no desea”, pero ahora cada uno de los candidatos “tiene que valorar cuáles son sus apoyos, que van a ser necesarios en todo momento”, ha advertido.
A su juicio, el contexto es propicio para crear una “convención constitucional” (un instrumento que planteó hace seis años), como “herramienta en la que los partidos puedan hablar del grado de satisfacción sobre la Constitución, si necesita reformas o no”.