Un imán atrae el polvo fabricado por los investigadores de la Universidad RMIT, en Melbourne, que, aseguran, sirve para eliminar los microplásticos del agua en menos de una hora, EFE/ Universidad RMIT.

Desarrollan un polvo magnético que elimina microplásticos del agua en una hora

Sídney (Australia) (EFE).- Un grupo de científicos ha desarrollado un polvo magnético capaz de eliminar los microplásticos del agua en menos de una hora, lo que, según afirman, permitiría erradicar estos residuos con mayor rapidez y a menor coste.

Fuentes académicas australianas han informado de que los investigadores de la Universidad RMIT, en la ciudad de Melbourne, aseguran que su polvo, fabricado con nanomateriales y que contiene hierro, logra atraer los microplásticos, sin crear otras sustancias contaminantes o dejar huella de carbono.

Este material, de color marrón y procedente de materiales reciclados, se mezcla en el agua que continen microplásticos y tras una hora -mientras que otras técnicas se demoran varias horas o incluso días- permite usar imanes para separar con facilidad los microplásticos y sustancias contaminantes del elemento líquido.

“Nuestro aditivo en polvo puede eliminar microplásticos que son 1.000 veces más pequeños que los que actualmente pueden detectar las plantas de tratamiento de aguas residuales”, ha señalado Nicky Eshtiaghi, líder de esta investigación, en un comunicado.

Plásticos, mesoplásticos y microplásticos en las playas de Tamarells de Menorca. EFE/ David Arquimbau Sintes

Resultados en laboratorio

La investigación, publicada en la revista científica Chemical Engineering Journal, ha sido probada con éxito en laboratorio y ahora busca colaborar con la industria para observar “su aplicación en plantas de tratamiento de aguas residuales”.

Los científicos del RMIT indican que su sustancia podría ser una alternativa rentable para reducir las millones de toneladas anuales de plástico y microplásticos que se vierten en el mar.

Más del 80 % de la basura que va a dar a los océanos se genera en tierra y uno de los contribuyentes mayores en esta contaminación es el plástico, una sustancia que puede tardar unos 450 años en descomponerse.

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Si bien la presencia de botellas, bolsas y otros productos plásticos es visible en las aguas, las partículas de menos de cinco milímetros no pueden percibirse a simple vista ni pueden ser eliminadas por las plantas de tratamientos, por lo que terminan en los mares donde es perjudicial para los organismos marinos.