Madrid (EFE).- El distrito madrileño de Vallecas ha acogido de nuevo este domingo su tradicional Batalla Naval, en la que sus participantes se han servido de pistolas y cubos de agua para librar una lucha con un mensaje clave: mojarse “frente a los discursos de odio”.
“Nos rebelamos frente a aquellos y aquellas que utilizan el odio como arma. La utopía que buscamos no puede realizarse desde el odio. Es la antítesis de lo que somos”, ha explicado en sus redes sociales la Cofradía Marinera de Vallecas, organizadora del evento, que este año ha llegado a su 41 edición.

Se trata de una fiesta pasada por agua en la que cada año cientos de personas se reúnen para, además de dar a conocer sus reivindicaciones, disfrutar de una jornada con la que afrontar las altas temperaturas del verano.
Cada año esta jornada reúne a nuevos participantes y a veteranos, como Marcos, que disfruta de la Batalla Naval desde que tiene cinco años y que continua viniendo a una fiesta de “disfrute y buen rollo”, explica a EFE el vallecano.
Es también el caso de Rubén, que va al barrio a mojarse “y a mojar a otros” desde hace muchos años, y quien destaca que una fiesta como esta sirve “para que se entere más gente de la realidad y conseguir sanidad pública y mejoras sociales”.
Apenas minutos después del pregón y de la partida de las charangas y batucadas, a Diego, que después de diez años en Madrid “por fin” disfruta de la batalla, ya le han tirado un cubo de agua desde un edificio, aunque asegura que esperaba “terminar muy mojado”.
Un año más Vallecas se ha vuelto a inundar, reviviendo así una tradición que comenzó cuando en 1982, según explican los organizadores, a un grupo de jóvenes se les ocurrió combatir el calor echando mano del agua de las bocas de riego durante las Fiestas del Carmen.