Lucas Frochoso, diseñador de una silla ecosostenible.EFE/Morell

Una silla reciclable, desmontable y ergonómica marca el futuro del ecodiseño

Marta Rojo | València (EFE).- Una silla doméstica fabricada solo a partir de dos materiales completamente reciclables, desmontable por completo, ergonómica y planteada para minimizar el espacio necesario durante el transporte recoge algunas de las principales vías de futuro del ecodiseño.

El Centro de Investigación e Innovación Aitex, integrado en la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit), ha desarrollado esta pieza de mobiliario en su proyecto Green Thinking, que también ha aplicado los principios del ecodiseño a alfombras elaboradas con materiales reciclables y prendas laborales con fibras naturales regeneradas resistentes al agua y traspirables.

Así lo detalla en una entrevista con EFE el director de proyectos de Sostenibilidad y Tecnología de Materiales de Aitex, Lucas Frochoso, que ha definido el ecodiseño como “una manera más sostenible de diseñar que tiene en cuenta valores medioambientales y no solo relacionados con el coste o la estética”.

Lucas Frochoso, muestra el diseño de una silla ecosostenible. EFE/Morell

Cuando ecodiseñamos tenemos en cuenta factores como la disponibilidad de materias locales, la variedad y calidad de materiales, los métodos de reciclaje disponibles para el fin de vida del producto…”, explica Frochoso, que ha considerado esta práctica como “la gran desconocida”.

El proyecto Green Thinking, financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) mediante fondos el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), ha aplicado todos estos principios en el diseño de una silla, pensada al milímetro y elaborada con “materiales y procesos que no son muy revolucionarios pero sí más sostenibles”.

Un reciclaje sencillo

En concreto, la silla solo consta de dos materiales, un tubo de metal común y una parte textil de poliamida, tejida en una máquina de punto, una tricotosa rectilínea que puede ir variando el punto a medida que elabora un tejido.

De este modo, el tejido de la silla “puede ser más resistente o rígido en la parte del asiento y más elástico en la parte de la espalda”, a pesar de tejerse de una sola vez, lo que garantiza un uso mínimo de material y menos residuos.

“La poliamida es un material con mucha resistencia y muy buenas calidades, que tiene un tiempo de uso o vida útil muy elevado, es decir, que dura muchos años”, explica el director de proyectos, que añade que “el reto” era evitar la espuma.

Y es que si bien garantiza la comodidad de las sillas, la espuma es “inflamable, contaminante, basada en químicos y muy difícil de reciclar”, señala Lucas Frochoso.

Por eso, desde Aitex han conseguido estándares muy altos de traspirabilidad, confort térmico y ergonomía utilizando poliamida reciclable, aunque no reciclada, algo que se reservan como una potencial vía de investigación en el futuro.

Además, la silla Green Thinking es “cien por cien desensamblable”, de modo que se facilita separar sus dos partes para el reciclaje de los materiales, además de favorecer que el usuario la pueda montar, desmontar y reparar sin ayuda.

“Cuando se desmonta, las piezas se curvan todas en un mismo sentido, de forma que se pueden guardar en una caja bastante plana y así ocupan un espacio mínimo en los palés a la hora de transportarlas”, añade el investigador, que explica que eso permite cargar los vehículos de transporte con más unidades, ahorrar costes y reducir las emisiones.

De la silla a un panel acústico

Tener “un mueble a juego” con la silla, elaborado a partir de los mismos materiales motivó a los investigadores de Aitex a desarrollar, también como parte de Green Thinking, un panel acústico para aislar el sonido, una pieza “más compleja aún que las sillas”.

Con metal hicieron el marco y con la misma poliamida una funda textil en la que se puede meter un tercer material, compuesto de fibras naturales de cáñamo, que es lo que aísla el sonido.

Se trata de “hacer más sostenible un mueble que ya es sostenible, porque busca la reducción de la contaminación acústica”, destaca Frochoso, que explica que la ventaja de este diseño es que el relleno se puede extraer para limpiarlo o reciclarlo, lo que aumenta también la vida útil del panel.

Los otros dos ejes del proyecto incluyen innovaciones en el ámbito de las alfombras y la ropa laboral, objetos que tienen “complejidades bastante elevadas sin resolver”.

Por ejemplo, la imposibilidad de reciclar las alfombras, especialmente las moquetas, lo cual tiene un impacto especialmente grande cuando “se enmoquetan espacios para eventos o ferias y se retiran en unos días”.

Prendas laborales más reciclabes

En cuanto a las prendas laborales, como los monos para el personal de mantenimiento, Frochoso destaca que suelen hacerse con “gran variedad de materiales mezclados, lo que genera prendas bastante complejas para ser identificadas y procesadas al final de su vida útil”.

Frente a esto, Aitex investiga materiales reciclables y desarrolla un prototipo de prenda resistente al agua y transpirable, elaborada a partir de fibras naturales recicladas sometido a un tratamiento sostenible para dotarlo de propiedades frente al agua.

“En general, la industria textil está algo verde en cuanto al ecodiseño; hay mucho campo para mejorar”, considera Lucas Frochoso, que añade que el ecodiseño supone “una mejora de forma continua, no radical”.

“No esperamos que nadie cambie todos sus muebles o toda su ropa, sino que asentemos los conceptos de sostenibilidad según vaya pasando el tiempo”, defiende el responsable de Aitex, que considera que las nuevas normativas en materia de sostenibilidad han renovado el interés por el ecodiseño.

“El textil es un sector muy particular que ha conseguido eficiencia en la fabricación porque lleva optimizando los mismos procesos los últimos cien años”, considera el director de proyectos del grupo de investigación de Sostenibilidad y Tecnología de Materiales, que afirma que el sector “ha sido muy eficaz en cumplir con los requerimientos oficiales”.

La solución, considera, pasa por que se entienda el ecodiseño como “el valor añadido que es”, un proceso “tan universal que se puede aplicar a todo” y mejorar la producción en todos los sectores. EFE