Mónica Collado | València (EFE).- El alcalde de Paiporta, Vicent Císcar, asegura que «lo más importante» para que no vuelvan a sufrirse las consecuencias de una dana como la del 29 de octubre de 2024 es consolidar las infraestructuras para hacerlas más resilientes pero, sobre todo, «que funcionen los avisos como lo han hecho estos días».
Císcar, proclamado alcalde en julio tras la renuncia temporal por motivos de salud de Maribel Albalat ocho meses después de la dana, lamenta en una entrevista con EFE que esta localidad, al sur de València y en plena zona cero de la catástrofe, sufrió 46 fallecidos y otros diez vecinos murieron en otros municipios por la riada, y recuerda que aquel día «el registro de lluvia fue de cero litros».
El barranco subió 10 metros su nivel en una hora
Císcar, que entonces era teniente de alcalde y concejal de Hacienda e Interior, recuerda a punto de cumplirse un año de esa riada que, pasadas las 12:20 horas, el 112 les avisó de que el barranco iba a llevar 264 metros cúbicos por segundo de agua para que hicieran «lo habitual cuando viene una barrancada».
Cortaron el acceso al barranco, retiraron coches aparcados del cauce y estuvieron «observando todo el día». A las 17:30 horas volvía de València y la entonces alcaldesa le preguntó por el barranco: «Le mandé un vídeo y a esa hora el Poyo ya venía con el agua que nos habían dicho», relata.
Un policía local le avisó de que «el barranco estaba saliéndose y pasando por encima de los puentes y que iban a cortar los puentes» y decidió ir a casa de la alcaldesa: «Esperándola para que subiera al coche, el agua ya estaba a la altura de las ruedas y entraba en su casa -lo perdió todo como tantos-; le dije que se quedara, que tiene niños, y fui a avisar a -los supermercados-Consum y Mercadona para que tomaran precauciones», recuerda.
«A partir de ahí fue la subida fuerte, subió el nivel 10 metros en una hora. Sobre las siete de la tarde era una locura. Enfrente del Ayuntamiento -a los pies del barranco del Poyo- el agua llegó a 3,5 metros. Se extendió por todas las calles, moviendo coches y rompiendo todo».
El 100 % de la superficie urbana de Paiporta afectada
«El cien por cien de la superficie urbana, industrial y residencial quedó afectada», añade el alcalde. Por ejemplo, 800 farolas y 13.000 vehículos sacados de garajes y calles del pueblo.
«Los coches iban rompiendo todo, las plantas bajas, las puertas. Estaba todo destrozado. No había ninguna casa en Paiporta que no tuviera la parte de abajo o reventada por el agua o con un golpe», afirma.
Pánico ante cualquier episodio de lluvias
Anímicamente, la población tiene ahora «un sentimiento extraño», según Císcar, que reconoce que «ante cualquier episodio de lluvias, hay un poco de pánico y precaución por si vuelve a pasar lo mismo».
«En la última alerta de hace algunos días, mucha gente sacó los coches de los garajes. La gente se quiere proteger pero también hay muchas ganas de olvidar y volver a la normalidad», asegura, aunque resalta «que permanecerá toda la vida en el recuerdo la gente que ha perdido familiares directos».
Seis o siete años para recuperar Paiporta
Asegura que únicamente pide al Gobierno central que les «deje aumentar la plantilla del Ayuntamiento» porque es «imposible» que puedan gestionar, con la misma plantilla, diez veces su presupuesto ordinario por las ayudas que han recibido para la reconstrucción, 201 millones de euros.
Reconoce que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ya está consolidando los taludes y trabajando en el barranco y el Ministerio de Transporte está reconstruyendo los puentes y la pasarela que se llevó la riada, aunque sabe «que son obras que no se hacen en un día».
«La reconstrucción en Paiporta durará varios años. Yo pongo un horizonte de seis o siete años», sostiene, porque hay que volver a urbanizar todas las calles y cambiar 15 kilómetros de desagües, entre otras cosas.
«Que vuelva a haber una dana y una inundación depende del cambio climático, que nos está afectando gravemente con episodios que somos incapaces de prever. La infraestructura necesaria para que algo así no vuelva a ocurrir no hay que hacerla en Paiporta, sino en todos los pueblos afectados, y es avisar con tiempo a las personas para que estén preparadas y puedan protegerse», reclama.
A su juicio, «lo más importante es consolidar las infraestructuras tal y como estaban, añadiendo mejoras que haga a la población mucho más resiliente ante las catástrofes pero sobre todo, que los avisos funcionen como están funcionando estos días, en que el Es-Alert llega ocho horas antes de que empiece la alerta roja».
