Javier Herrero |
Madrid (EFE).- Carlos Saura fue un director entregado “a dignificar el flamenco y nuestra danza” y exportarlos “por medio mundo”, tal y como ha señalado este viernes tras su fallecimiento el INAEM y lo muestra una filmografía con referencias capitales como “Sevillanas”, “Carmen” o “Bodas de sangre”.
Sobre aquel título lorquiano compuso su primer acercamiento a estos mundos como cineasta. Fue en 1981 y para ello consiguió reclutar a dos figuras fundamentales como los bailarines Cristina Hoyos y Antonio Gades.
Solo dos años después volvió a llamarlos para registrar tras la cámara cómo un ballet flamenco prepara una versión del drama escrito por Prosper Merimee “Carmen”, llevado después a la ópera por George Bizet. Con Laura del Sol en el papel principal, logró contar además con Pepa Flores y el virtuosismo a la guitarra de Paco de Lucía.
El trío principal aún volvería a trabajar a las órdenes de Saura para rodar en 1986 “El amor brujo”, con la que cerró esta trilogía dedicada al flamenco a partir de la música inmortal de Manuel de Falla.
No sería sin embargo su último acercamiento a este género, pues en 1995 filmó “Flamenco”, un repaso a los distintos cantes y bailes que colorean este Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad 15 años antes de que alcanzara esa declaración por parte de la UNESCO. La Paquera de Jerez, Manolo Sanlúcar y Joaquín Cortés fueron algunos de los muchos talentos que colaboraron.

Asimismo, sobre la suite “Iberia” de Isaac Albéniz, estrenó en 2005 una película del mismo nombre en la que participaron más talentos del flamenco como los bailaores Sara Baras, Antonio Canales y Aída Gómez o los cantaores Enrique y Estrella Morente.
Tras una vida entregado a ensalzar este género, Saura volvió a encontrar el apoyo de muchos de sus viejos colaboradores (Paco de Lucía, Sara Varas) y algunos nuevos (José Mercé, Niña Pastori, Miguel Poveda o Farruquito) para rodar “Flamenco, Flamenco” (2010).
En su producción aún cupieron muchos más estilos con acento español o, cuando menos, hermanados. Fue el caso de “Sevillanas” (1992), que recogía una escena de la mismísima Lola Flores bailando, que este viernes, tras su fallecimiento, ha sido una de las más recordadas de su obra.
Más tarde llegaría “Jota de Saura” (2016), su deuda pendiente en forma de acercamiento documental con el legado musical de su Aragón natal.

Ahí están también “Fados” (2007), que recogió la vibración del país vecino a través de artistas como Carlo do Carmo y Mariza, o antes, “Tango” (1998), ficción coproducida entre España y Argentina en la que el género que le da nombre jugaba un importante papel y que llegó a ser nominada al Óscar a la mejor película de habla no inglesa.
Y aunque no procedieran de películas propiamente musicales, no se puede olvidar el influjo que muchas de sus escenas tuvieron en la memoria del público gracias a la combinación de la imagen y la melodía, como la bajada de escaleras en silla de Rafaela Aparicio en “Mamá cumple 100 años” (1979).
Quizás la más emblemática de todas sea aquella en la que la actriz Ana Torrent, entonces aún una niña, bailaba en “Cría cuervos” (1976) la ya mítica “Porque te vas” que, escrita por José Luis Perales, cantó Jeanette. Fue un empeño personal del propio Saura después de escuchar el tema que convirtió en el centro de la BSO y que, tras la victoria del filme en el Festival de Cannes de 1976, se convirtió en un gran éxito en Europa.