Fotograma de la cinta "La belleza y el dolor". EFE/ Elastica Films

Nan Goldin, un icono contracultural en defensa de las víctimas de los opioides en Estados Unidos

Magdalena Tsanis |

Madrid (EFE).- A pocos días de los Óscar, donde competirá como aspirante a mejor documental, este viernes llega a los cines españoles “La belleza y el dolor”, un retrato de la fotógrafa y referente de la contracultura neoyorquina Nan Goldin y de su lucha en defensa de las víctimas de los opioides en Estados Unidos.

Dirigido por Laura Poitras, que ganó el Oscar por otro documental sobre Edward Snowden, “Citizen Four” (2014), “La belleza y el dolor” relata en paralelo la trayectoria artística de Goldin, una de las fotógrafas vivas más importantes de EE.UU. y su activismo contra la dinastía de los Sackler a causa de la mayor epidemia de opioides de la historia de su país, que ha dejado más de medio millón de muertos por sobredosis.

Este tema lo ha tratado también extensamente el periodista Patrick Radden Keefe -que participa en el documental- en el libro “El imperio del dolor” (2021) y ha saltado a la ficción en la serie, ganadora de un Emmy, “Dopesick” (2021), protagonizada por Michael Keaton.

Filántropos cuyo apellido brillaba en los museos más importantes del mundo, desde el Metropolitan Museum al Guggenheim de Nueva York y del Louvre de París al British Museum de Londres, el prestigio de los Sackler se ha desmoronado en los últimos años a causa de los efectos devastadores de su producto estrella, el OxyContin, un fármaco contra el dolor crónico altamente adictivo.

Fotograma del documental de Nan Goldin
Fotograma de la cinta “La belleza y el dolor”. EFE/ Elastica Films

Hace justo un año que su empresa, Purdue Pharma, llegó a un acuerdo con varios estados demandantes para pagar 6.000 millones de dólares a las víctimas y disculparse ante ellas, a la vez que eludían cualquier tipo de responsabilidad penal.

Ese mismo mes, marzo de 2022, se alcanzaba la mayor cifra histórica de muertes por sobredosis de Oxycontin, 109.000, según relata Poitras en el documental, ganador en el pasado Festival de Venecia del León de Oro, el premio más importante y que sólo en dos ocasiones ha recaído sobre un filme de no ficción.

El acuerdo judicial fue el resultado de la apelación de casi una decena de estados a un pacto previo asociado a la bancarrota en que se había declarado la farmacéutica tras haber desviado miles de millones de sus arcas a lo largo de una década.

La obra de Goldin es reconocida por haber retratado de forma íntima a muchos de los protagonistas del estallido contracultural que vivió Nueva York a finales de los años 70 y principios de los 80, con un especial foco en temas como el amor, el sexo y la identidad de género.

Causó especial impacto la exposición colectiva que comisarió en 1989 y que reflejó los estragos del sida y la heroína en la década de los 80, “Witnesses: Against Our Vanishing” (Testigos: Contra nuestra desaparición).

Nacida en 1953 en una familia de origen judío en Washington D. C., Goldin creció entre varias familias adoptivas de Nueva Inglaterra, después de que su hermana se suicidara.

Su primer contacto con la fotografía lo tuvo a los 15 años, gracias a David Armstrong, uno de sus grandes amigos. Dice Goldin que la fotografía fue una revelación absoluta y que encontró en ella “un modo de caminar a través del dolor”.

Junto a Armstrong, la fotógrafa empezó a frecuentar en 1975 Provincetown, un destino de vacaciones de Massachusetts muy popular entre los homosexuales de la Costa Este estadounidense, donde conoció a los que serían protagonistas de sus fotografías durante los siguientes 20 años.

Después de graduarse en la Escuela del Museo de Bellas Artes de Boston en 1978, Goldin se trasladó a Nueva York y empezó a realizar sus famosas series fotográficas sobre su vida sentimental y sexual y la de sus amigos, la más famosa de ellas “La balada de la dependencia sexual”.

Tras sufrir una lesión, que fue tratada con Oxycontin y que la llevó a una adicción a este opioide, Goldin fundó en 2017 el grupo activista PAIN, con el objetivo de presionar a los museos e instituciones artísticas para poner fin a su relación con la familia Sackler.