Foto cedida por el Institut Català de Paleoecologia Humana i EvolucióSocial de la Cueva de la Vila, en el término municipal de la Febró (Tarragona). EFE/ Arnau Pascual Monells/IPHES-CERCA

Descubren un centenar de grabados prehistóricos en la Cueva de la Vila en Tarragona

Barcelona (EFE).- Más de un centenar de grabados prehistóricos han sido descubiertos en la Sala dels Gravats del sistema kárstico de la Cueva de la Vila, en el término municipal de la Febró (Tarragona), unas obras “excepcionales, tanto por su singularidad como por su excelente estado de conservación”.

Hay representaciones de diferentes figuras de cuadrúpedos, zigzags, trazos lineales, angulosos y círculos, y destacan una serie de zoomorfos (posiblemente bóvidos y équidos), esteliformes (solos y/o estrellas) y reticulados.

El descubrimiento de los grabados, del período Calcolítico-Bronce y dispuestos en un panel de ocho metros de largo, se ha anunciado este viernes, en lo que constituye “una de las pocas representaciones de arte esquemático subterráneo de todo el Arco Mediterráneo”, según ha informado la Generalitat catalana y el Institut Català de Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES).

Foto cedida por el Institut Català de Paleoecologia Humana i EvolucióSocial de la Cueva de la Vila, en el término municipal de la Febró (Tarragona).
Foto cedida por el Institut Català de Paleoecologia Humana i EvolucióSocial de la Cueva de la Vila, en el término municipal de la Febró (Tarragona). EFE/ Arnau Pascual Monells/IPHES-CERCA

El descubrimiento tuvo lugar el día 13 de mayo de 2021 y marca “un hito histórico para la arqueología prehistórica de Cataluña”.

Un grupo de espeleólogos, que realizaban unas exploraciones y trabajos topográficos en la zona del Barranc de la Cova del Corral, encontraron la Cueva de la Vila, una cavidad que había sido explorada por Salvador Vilaseca en los años cuarenta y de la que se había perdido su ubicación.

Los espeleólogos consiguieron abrir un pequeño agujero entre bloques y se toparon con una sala oval de más de 90 metros cuadrados.

La primera persona en entrar fue Juli Serrano, quien, para su sorpresa, vio un “mural lleno de rayas y figuras”. Pese a no saber interpretarlo en ese momento, según ha contado, sintió “una emoción muy grande, que me llevaré de por vida”. Sin saberlo, acababa de descubrir uno de los conjuntos de arte rupestre prehistórico más importantes del Arco Mediterráneo.

A partir de ese momento, el doctor, investigador y colaborador del IPHES, Ramon Viñas, junto con el también doctor, investigador del IPHES y profesor de la Universidad Rovira i Virgili, Josep Vallverdú, visitaron el lugar.

Composición insólita

Según Viñas, el panel de grabados está configurado a partir de cinco líneas horizontales, una encima de otra y, en cada una de ellas, existen diferentes figuras grabadas que tienen su propio significado y simbolismo.

Ramon Viñas afirma que es una composición “absolutamente insólita y nos está indicando una cosmovisión por parte de las poblaciones del territorio durante el proceso de neolitización”.

Una de las singularidades es que está hecho “exclusivamente con la técnica del grabado”, mediante una herramienta de piedra o de madera o, directamente, con los dedos.

Además de diferentes figuras de cuadrúpedos, zigzags, trazos lineales, angulosos y círculos, destacan una serie de zoomorfos (posiblemente bóvidos y équidos), esteliformes (solos y/o estrellas) y reticulados.

Asimismo, hay una composición que “recuerda a un ídolo oculado”, en un conjunto “muy homogéneo estilísticamente” con “escasas superposiciones”.

Foto cedida por el Institut Català de Paleoecologia Humana i EvolucióSocial de la Cueva de la Vila, en el término municipal de la Febró (Tarragona). EFE/ Arnau Pascual Monells/IPHES-CERCA
Foto cedida por el Institut Català de Paleoecologia Humana i EvolucióSocial de la Cueva de la Vila, en el término municipal de la Febró (Tarragona). EFE/ Arnau Pascual Monells/IPHES-CERCA

Para Viñas, “no se trata de una composición azarosa, sino todo lo contrario, responde claramente a un significado simbólico”.

Es un arte asociado a las comunidades campesinas y ganaderas durante el período de transición entre el Calcolítico y el Bronce, entre los 5.000 y los 3.000 años antes de nuestra era, y generalmente se encuentran en abrigos al aire libre, siendo muy escasos en Cataluña en cavidades subterráneas.

En el resto del territorio español, las hay en Andalucía, Segovia, Burgos o en Soria.

Para garantizar su conservación en buenas condiciones climáticas, la Generalitat, el ayuntamiento de la Febró y el IPHES han trabajado para llevar a cabo su cierre exterior e interior, instalando un cierre en el acceso a la gatera, que da paso directo a la denominada Sala dels Gravats, de manera que este espacio no será de acceso libre.

El yacimiento ha sido declarado bien cultural de interés nacional por la Generalitat en la categoría de zona arqueológica y se está trabajando en crear un modelo 3D de la cavidad.

El codirector del proyecto, Antonio Rodríguez Hidalgo, ha avanzado que los trabajos de excavación sistemática en dos lugares del complejo subterráneo “permitirán recuperar materiales arqueológicos correspondientes a la cultura material de estas sociedades del pasado y que puedan relacionarse directamente con este conjunto de expresiones artísticas y culturales de la Sala dels Gravats”.