Exposición "El tragaluz democrático", una muestra que desafía a través del arte lo ya sabido sobre la historia de España. EFE/Juan Carlos Hidalgo

La exposición “El tragaluz democrático”, un desafío artístico a la historia de España

Pilar Martín |

Madrid (EFE).- La muerte como motor para la vida y para la búsqueda de fórmulas que lleven a una sociedad más feliz y mejor: es el grito presente en la exposición “El tragaluz democrático”, una muestra que desafía a través del arte lo ya sabido sobre la historia de España y está “claramente comprometida con una idea radical de democracia ciudadana”.

Así lo afirma a EFE Germán Labrador, comisario de esta cita subtitulada “Políticas de vida y muerte en el Estado Español (1868-1976)” y que se puede ver en el espacio expositivo La Arquería (Madrid) hasta el próximo 23 de julio.

Con la premisa de que “la objetividad, ni en arte ni en historia existe”, según Labrador, el relato que “El tragaluz democrático” ofrece al visitante es de las “experiencias” de los “vencidos, de aquellos que han sido objeto de persecución, de aquellos que han sufrido”.

Vista de la exposición "El tragaluz democrático", en el espacio expositivo La Arquería (Madrid)
Vista de la exposición “El tragaluz democrático”, en el espacio expositivo La Arquería (Madrid). EFE/Juan Carlos Hidalgo

Pero la exposición no sitúa a esos ciudadanos como víctimas, sino como “resistentes”, como “personas que se han opuesto a las injusticias de una época, que se han enfrentado a los intereses económicos y políticos de los gobiernos” con el objetivo de construir sociedades mejores.

Una historia visual contada a través de 266 obras originales

Justo lo que plantea el escritor Antonio Buero Vallejo en la obra que da nombre a la exposición, donde, explica el comisario, aborda que el dolor y el sufrimiento forman parte al final de una “red que se articula a través de estructuras políticas, y lo que tenemos que cuidar es que las hebras de esa red estén sanas, vivas, que se puedan reunir”.

Una idea que se materializa en lienzos como “Seis jóvenes” (1975) de Juan Genovés, “La aparición” (1946) de José Guerrero, “Ronda de nenos” (1943) de Alfonso Rodríguez Castelao, o en una máscara de un ‘peliqueiro’ del carnaval gallego pintada con un transatlántico de bandera republicana, que muestra un “momento de un desarrollo cultural de la importación de ideas, en este caso de Argentina”.

Varias de imágenes expuestas en el marco de la muestra "El tragaluz democrático", en el espacio expositivo La Arquería (Madrid)
Varias de imágenes expuestas en el marco de la muestra “El tragaluz democrático”, en el espacio expositivo La Arquería (Madrid). EFE/Juan Carlos Hidalgo

Otros eslabones del recorrido son los huesos de aceitunas tallados por presos o una pieza tan singular como “Vitamino”, un muñeco de migas de pan hecho por un preso brigadista internacional cubano que fue detenido y encarcelado en Porlier, una prisión que funcionó durante la Guerra Civil y la posguerra en la madrileña calle que lleva el nombre del General Díaz Porlier.

Y también la pancarta que Lauro Olmo puso en su casa para luchar contra su desalojo en 1972 y que forman parte de un relato maduro sobre las disidencias, oposiciones y prácticas cotidianas durante los últimos ciento cincuenta años.

“El tragaluz democrático” es una historia visual contada a través de 266 obras originales de 71 prestadores, todos nacionales, y que se complementa con un amplio número de reproducciones fotográficas y 11 audiovisuales.

Vista de una máscara de un 'peliqueiro' del carnaval gallego con una pintura de un transatlántico con la bandera republicana expuestos en la muestra "El tragaluz democrático".
Vista de una máscara de un ‘peliqueiro’ del carnaval gallego con una pintura de un transatlántico con la bandera republicana expuestos en la muestra “El tragaluz democrático”. EFE/Juan Carlos Hidalgo

Un recorrido por las capas de la historia en la exposición “El tragaluz democrático”

Una muestra también de cómo el arte y cualquier manifestación cultural sirvió, aún en los peores momentos (como cuando el pan era casi el único alimento) como mecanismo para construir esperanza y belleza.

“La exposición -puntualiza el comisario- desafía muchas de las expectativas sobre la historia y el pasado español en muchos sentidos. Creemos conocer algunas cosas, tenemos algunas ideas sobre la Guerra Civil, sobre el franquismo, pero la historia está llena de capas de complejidad, de historias que se repiten y que vuelven. Esta muestra nos confronta con aquello que pensamos que sabemos del pasado español y lo abre en direcciones inesperadas que nos llevan muy atrás en la memoria”.

Organizada por el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática y Acción Cultural Española, “El tragaluz democrático” propone así un recorrido profundo por esas capas que conforman la historia de España y “disuelve” también la “centralidad” de la guerra civil española en las páginas de nuestro pasado.

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