El desfile del Submarino Azul y Amarillo, una discoteca submarina que simboliza la asociación entre Liverpool y Ucrania, se dirige a través de Liverpool, Gran Bretaña, dentro de la programación cultural previa al festival de Eurovisión. EFE/EPA/Adam Vaughan

Eurovisión vuelve poner a Liverpool en sintonía 60 años después de alumbrar a los Beatles

Javier Herrero

Liverpool (Reino Unido) (EFE).- Pocas sedes recientes de Eurovisión se han volcado tanto en la celebración de este evento como Liverpool, la que hace 62 años acogió el debut de The Beatles, sus más famosos hijos, y vivió así un primer estallido de la música pop que ahora vuelve en pleno apogeo de este festival europeo.

“Es una lástima que haya tenido que pasar la guerra de Ucrania para que recalara aquí, pero es algo que he estado esperando toda la vida como eurofán”, celebra en declaraciones para EFE uno de sus conciudadanos, Paul O’Hara, mientras aguarda su turno en medio de una larga cola ante la tienda dispuesta en pleno centro para conseguir alguno de los productos oficiales.

Otra liverpuliana, Leah Paget, apunta las claves que explican las razones de la intensa implicación de la ciudad: “Aquí en particular somos muy amantes de Europa, no hay que decir que también lo somos de la música y de la fiesta, así que esta es la combinación perfecta de todo eso”.

“Durante dos semanas hemos transformado el lugar que amamos con fiestas, desfiles y colaboraciones únicas entre nuestra ciudad y nuestros amigos de Ucrania”, subraya en su discurso de bienvenida al programa oficial de dos semanas de actividades la alcaldesa, Joanne Anderson, antes de dar “la bienvenida a una temporada de Eurovisión como no se ha visto otra”.

Liverpool da la bienvenida a los fans de Eurovisión

En efecto, las señales de bienvenida reciben al viajero desde los puntos de entrada como el Aeropuerto John Lennon o la estación de tren y se repiten insistentemente por plazas y calles, donde fruto de la colaboración con artistas ucranianos se puede disfrutar al aire libre de instalaciones, esculturas o el gigantesco mural “El sonido de la libertad”.

“Es fantástico, porque está contribuyendo a poner de nuevo en el mapa tanto a Liverpool como al norte del país y que se vea que no todo pasa al sur de Londres”, destaca a EFE la galesa Sarah Colclough, una de los miles de eurofanes que se han desplazado estos días hasta aquí para asistir físicamente por primera vez a la cita.

A los espacios habituales de Eurovisión como los “shows” oficiales que se celebran en el Liverpool Arena a orillas del río Mersey o el Eurovillage para la cita con el público sin entrada, emplazado no muy lejos de allí, se suma una oferta ingente que incluye actuaciones de “drag queens” o conciertos sinfónicos al ritmo de temas emblemáticos del festival, en paralelo con eventos en numerosos bares y pubs para disfrutar de la cita en compañía.

“Me parece que aquí es todo mucho más grande, como si Liverpool entera formara parte del concurso. En Tel Aviv en 2019 estaba todo circunscrito a una pequeña área de la ciudad, pero aquí vayas donde vayas hay carteles, banderas de los países o eventos”, destaca el israelí Matan Fleishman.

Una persona camina cerca de carteles de Eurovisión en Liverpool. EFE/EPA/Adam Vaughan

Otros puntos de interés de la ciudad

Todo ello se une a los atractivos más típicos, como el estadio del Anfield donde juega el Liverpool o el complejo de muelles del Royal Albert Dock, donde está instalado el museo de la música que ensalza no solo a las grandes figuras de la región (Maniobras Orquestales en la Oscuridad, Mel C…), sino de todo el Reino Unido (Queen, Coldplay, Adele…).

Y por supuesto los amantes de la beatlemanía pueden pasear por la calle Penny Lane que tituló uno de los más famosos temas de los “Fab Four” (cuya escultura también es una de las más fotografiadas) o asistir a un concierto en The Cavern, donde actuaron por primera vez y de cuya estructura original solo queda una parte de los ladrillos recuperados tras su demolición a principios de los años 70 para su posterior reconstrucción en el mismo espacio una década después.

“No hay muchas razones que atraigan a la gente a venir aquí si no es por los Beatles o por el club de fútbol”, lamenta el italiano Marco Roda, investigador en la Universidad de Liverpool desde hace 7 años, antes de destacar la importancia estratégica de citas como esta para descubrir esta pequeña urbe y una de sus grandes bondades: “el carácter amistoso” de sus habitantes.