La empresaria Tamara Falcó a su llegada a la finca Palacio de El Rincon, en Aldea del Fresno. lugar de celebración de su boda con Íñigo Onieva. EFE/ Sergio Pérez

Así fue el “sí, quiero” de Tamara Falcó, hija de Isabel Preysler, e Íñigo Onieva

Madrid (EFE).- La joven aristócrata española Tamara Falcó, hija de Isabel Preysler, e Íñigo Onieva son al fin marido y mujer tras pronunciar este sábado el “sí, quiero” en una ceremonia muy mediática y esperada, después de diversos avatares que hicieron pensar que los novios no llegarían al altar.

El evento, celebrado en el palacio el Rincón, ubicado en la localidad madrileña de Aldea del Fresno, contó con más de 400 invitados, un chef cinco estrellas Michelín y tres días de celebración, todo rodeado de una gran expectación, con especiales en televisión y una jugosa exclusiva para una conocida revista que se podrá ver mañana.

La propia Tamara, de 40 años, diseñó el vestido de su hermana, Ana Boyer, cuyos hijos, Miguel y Mateo, fueron destacados pajes en la ceremonia de la que solo hubo imágenes en la entrada del palacio, un edificio histórico que la novia heredó de su padre, además del título de Marquesa de Griñón.

Isabel Preysler a la entrada a la finca Palacio de El Rincón, en Aldea del Fresno. lugar de celebración de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva.
Isabel Preysler a la entrada a la finca Palacio de El Rincón, en Aldea del Fresno. lugar de celebración de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. EFE/ Sergio Pérez

Tamara Falcó, muy conocida desde su nacimiento en 1981 fruto del matrimonio de Isabel Preysler y Carlos Falcó, se hizo aún más popular cuando ganó en 2019 la cuarta edición de Masterchef Celebrity, concurso en el que mostró su lado más espontáneo.

Desde entonces, su vida ha sido seguida al detalle por los medios de comunicación, en especial su relación con Íñigo Onieva, con una ruptura y reconciliación que ha desembocado en esta boda.

El Rincón, el escenario de la boda

El Rincón, donde se ha celebrado la boda, era una propiedad muy querida por su padre, además de su residencia habitual. Ahora pertenece a Tamara y a su hermano Manuel Falcó.

El palacio, en el que se alojó Alfonso XIII, es una propiedad que guarda un gran valor sentimental para la novia, como señaló en el ‘reality’ sobre su vida “La marquesa” (Netflix), y que rehabilitó para instalar un restaurante efímero.

Iñigo Onieva, padre del novio, a la entrada a la finca Palacio de El Rincón, donde se celebró la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. EFE/ Sergio Pérez

Su impresionante jardín, su capilla y la privacidad que ofrece ayudaron a que la hija de Isabel Preysler se decantara por celebrar allí su enlace, un lugar en el que también se casó su hermano Julio José Iglesias.

Vestida de Carolina Herrera

La novia llevó un vestido de la diseñadora venezolana Carolina Herrera. Wes Gordon, el director creativo de la firma, se trasladó a Madrid para ultimar los detalles finales de un diseño creado a contrarreloj para lo que suele ser habitual y del que la marca no quiso ofrecer ningún detalle, al “tratarse de un evento privado”.

Tampoco sobre el vestido de Isabel Preysler, que luce un modelo de Carolina Herrera de colección, aunque en otro color y con ligeros cambios de patrón respecto al que se ha visto en pasarela.

Vista de la entrada a la finca Palacio de El Rincon, en Aldea del Fresno. lugar de celebración de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva.
Vista de la entrada a la finca Palacio de El Rincon, en Aldea del Fresno. lugar de celebración de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. EFE/ Sergio Pérez

Entre las joyas elegidas por la novia se encuentra la tiara que perteneció a su abuela paterna Hilda y que su cuñada Amparo Corsini -esposa de Manuel Falcó- utilizó en su enlace, un diseño “art déco”. Y unos pendientes de alta joyería creados para la ocasión por Tous, firma española con la que colabora de manera habitual.

Tres años después de que comenzara su relación, Tamara e Íñigo ya son marido y mujer, una celebración de tres días que ha incluido cena preboda, enlace y que se cerrará hoy con una comida, tras la que se prevé que la pareja parta de luna de miel.