Un hombre observa un panel en la presentación de la exposición, este miércoles en Málaga. EFE/Jorge Zapata

La visión crítica de los toros de Goya y la apologética de Picasso, frente a frente en Málaga

Málaga (EFE).- Goya y Picasso ofrecieron unas visiones distintas y distantes de la tauromaquia, ya que el primero lo hizo de forma crítica y el segundo de forma apologética y festiva, y ambas visiones se confrontan en una exposición que se inaugura este miércoles en Málaga.

Se trata además de la primera ocasión en la historia en que las planchas originales de cobre grabadas por el artista aragonés se exponen fuera de la sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que las custodia, dadas sus exigentes medidas de conservación.

Más de setenta grabados de Goya y de Picasso, estos pertenecientes a la Casa Natal del malagueño, se exponen hasta el 10 de diciembre en el Centro Cultural de la Fundación Unicaja, dentro de los actos conmemorativos del 50 aniversario del fallecimiento de Picasso.

Las planchas de Goya, un tesoro

Javier Blas, subdelegado de Calcografía Nacional, ha resaltado este miércoles en la presentación que se puede ver “el tesoro más importante” de esta institución, unas planchas de Goya “que son obras cumbre del grabado universal de todos los tiempos, porque no hay cima que las supere”.

La visión crítica de los toros de Goya y la apologética de Picasso, frente a frente en Málaga
Un hombre observa una plancha calcográfica de cobre de Goya durante la presentación de la exposición. EFE/Jorge Zapata

Ambos artistas tienen en común que “vivieron entre España y Francia, sufrieron acontecimientos bélicos y sus respectivas tauromaquias fueron publicadas después de estas terribles experiencias, y por tanto son obras de plena madurez”.

Los dos tuvieron además relación con la Academia de San Fernando, en el caso de Picasso “mucho más breve, pero en un momento especial de su formación”, según Blas, que cree que “el adiestramiento en el dibujo” del malagueño “tiene que ver con su paso por la Academia”.

Esta institución “le sirvió de plataforma para conocer las colecciones del Museo del Prado, en el que copiaba a los maestros, entre ellos Goya”, apunta este experto, que añade que las “secuelas” del aragonés son “rastreables” en Picasso y es “evidente que este conocía la obra goyesca”.

Dos tauromaquias distintas y distantes

Las tauromaquias de ambos son “muy distintas y muy distantes entre sí” y “no hay diálogo posible entre ellas, porque Goya es anterior, pero tampoco es una confrontación”, solo “dos formas distintas de una representación canónica por cuestiones estilísticas y de lenguaje”.

La visión crítica de los toros de Goya y la apologética de Picasso, frente a frente en Málaga
Panel con una obra de Goya. EFE/Jorge Zapata

“Sobre todo se diferencian en la intencionalidad. Goya lo hace desde una posición crítica claramente, por el contexto histórico, y Picasso, con una visión apologética y festiva, por lo que están en las antípodas”, según Blas.

La principal desconexión entre ambas tauromaquias está en las escenas tan cruentas en las que se centra Goya, en las que mueren personas que participan en la lidia o incluso que presencian el festejo desde los tendidos, o en las que aparecen caballos destripados.

Puntos de encuentro

Pero hay puntos de encuentro y “fuentes comunes”, como el hecho de que Picasso “no ilustra suertes del toreo contemporáneo a él, sino del siglo XVIII, algunas de las cuales ya no existían en el toreo moderno, y esas mismas suertes están en Goya”, explica Blas.

La “extraordinaria fragilidad” de las planchas de cobre, que se oxidan cuando se modifican las condiciones de humedad relativa, obliga a conservarlas a un 10 por ciento de humedad, “algo difícil en una sala de exposiciones, porque dificultaría la respiración de los visitantes”.

Por ello, se han enmarcado con un sistema hermético que las aísla del exterior, mantiene ese 10 por ciento de humedad en el interior e informa continuamente de forma remota de las condiciones de las piezas.

Otras joyas

Además de esas planchas originales, se exponen las 33 estampas de la primera edición de la “Tauromaquia” (1816), la única realizada por Goya en vida, y siete estampas originales procedentes de planchas grabadas por las dos caras, cuyos reversos fueron descartados por el aragonés.

También se han instalado cuatro ejemplares de los “Toros de Burdeos”, dibujados con lápiz litográfico por Goya entre 1824 y 1825 en esa ciudad francesa.

De Picasso se muestra la colección completa de veintiséis estampas, junto a su cubierta, que realizó por encargo de Gustavo Gili Roig para una edición del tratado escrito por el diestro José Delgado, alias Pepe-Hillo, e impreso originalmente en Cádiz en 1796.