Santander (EFE).- El cantante Quique González ha arrancado este viernes una gira para celebrar sus 25 años de carrera, en los que su vida personal, su público y su música han crecido y se han consolidado en paralelo, por lo que no piensa cambiar y razona que “sería un suicidio artístico intentar contactar con chavales de 20 años”.
En la misma semana en la que cumple 50 años, Quique González reflexiona en una entrevista con EFE sobre el pasado y el presente de su música y la industria después de 25 años, en los que considera que “todo ha ido demasiado rápido” y que está repasando como “un álbum viejo de fotos”.
“He encontrado muchas explicaciones a mis vicisitudes y problemas a través de las canciones y creo que se pueden ver los temas que me interesaban, los que me siguen interesando y los que he dejado atrás”, dice el cantante que reside desde hace años en Cantabria.
Por eso, con medio siglo a sus espaldas le gusta escribir canciones “del tiempo” en el que vive, sus problemas personales y los de su generación, y cree que sería “antinatural” intentar conectar con una juventud con la que siente que le separa una gran brecha.
“No creo que les interesen mis canciones intimistas ni mi forma de contar las cosas. Ellos están en otra idea, hay que aceptarlo”, piensa.
La música y el tiempo
Para González, no solo le separa de las tendencias actuales la forma de consumir la música, también la estética, el lenguaje, su forma de concebir el futuro o la inmediatez. “Ellos le darán al fastforward y para nosotros eso es un sacrilegio”, señala.
Unos valores que ve “totalmente contrarios” a como se educó musicalmente, rayando vinilos aunque “no le gustaran mucho”, pero “igual acababas encontrando algo importante”.
“Ahora tienes toda la música en un click, hay un miedo al vacío. ¿Por dónde empiezo? Si cada artista tiene mil conexiones con grupos diferentes. A veces que todo sea con un acceso tan fácil es lo que te echa para atrás. Hay que darle el tiempo que se necesita a ciertas obras de arte”, reflexiona.
Por eso, al Quique González de 1998 le diría que “no tuviera tanta prisa por terminar las canciones”, y se tomara la vida con más calma, sin “tanta ansiedad” y que se fijara más en sus relaciones o su equipo.

Llegar a los 50, una utopía
Quique González se “conformaría con estar vivo” con 75 años cuando se cumplen 50 años en su carrera, una edad a la que se veía tocando “a menor ritmo”.
“No creía que iba a llegar a los 25, llegar a los cincuenta es una utopía”, dice el cantante, que no se ve viviendo desligado de la música.
“Es difícil pensar en mi día a día sin escuchar un disco que me encanta, sin intentar hacer una canción, una afinación con la acústica que sea distinta”, cuenta.
González ve en su oficio algo “muy obsesivo”, ya que siempre hay “una parte” de su cabeza que está “todo el rato pensando en música”. “Por eso supongo que nos salva tanto de la mierda de fuera, de las cosas que no te gustan”, señala.
Una gira por salas y un disco de versiones
Con motivo de sus 25 años, Quique González ha arrancado este viernes en Vitoria una gira que le devolverá a las salas de conciertos tras seis años pisando mayoritariamente los teatros y en la que mostrará su repertorio pero también incluirá discos completos.
“Hay un sudor, un pequeño ruido, una entrega un poco distinta a los teatros”, explica el artista.
De todo ese repertorio, dice quedarse con ‘Aunque tú no lo sepas’, que es la “llave que abrió a muchas otras”. “No es mi favorita pero sí es una canción que supuso un guiño del destino”, señala.
Además de la gira, el próximo 3 de noviembre publicará “Copas de Yate (Vol I)”, un disco en el que deja a un lado su faceta como letrista y versiona ocho canciones de artistas que “admira”.
Algo inédito, pero con lo que afirma haber disfrutado. “Con mis canciones me cuestiono mucho y hay un poco de sufrimiento ahí”, asegura.
Este volumen, que acompaña a un edición especial de vinilos por su cuarto de siglo en la música, será el primero de una serie ya que tiene en mente seguir haciendo discos de versiones, con canciones escritas por mujeres o adaptadas al castellano
Por Pablo Ayerbe Caselles.