Palma, 29 oct (EFE).- El rapero Josep Miquel Arenas, Valtònyc, huido en Bélgica de la justicia española desde hace cinco años, ha sido recibido este domingo en la localidad mallorquina de Sineu con una calurosa bienvenida por 200 familiares y amigos que le han arropado en su vuelta a casa.
Con la camiseta del Barça y acompañado por su abuela y su hermana, el rapero mallorquín ha llegado a la Plaza del Fossar de Sineu pasadas las 11:00 horas tras viajar a la isla vía Barcelona.
Valtònyc ha sido aplaudido durante varios minutos por los asistentes, a quienes ha ido saludando mientras se escuchaba la música de un grupo de “xeremiers” interpretando el “No em volem cap”, una canción-protesta catalana muy popular.
En el acto han estado presentes organizaciones independentistas como el Consell de la República, el coro Música per la Llibertat y la Assamblea Sobiranista de Mallorca, que han exhibido una pancarta con el mensaje “Benvingut a casa” y varias banderas esteladas.
El rapero ha agradecido a los asistentes su recibimiento y ha bromeado al señalar que no iba a cantar no fuera a ser que tuviera que volver a marcharse.
Valtònyc ha regresado a España tras haber prescrito la condena de tres años y medio de cárcel que la Audiencia Nacional le impuso por delitos como enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona, con lo que queda sin efecto la orden internacional de detención.
En un mensaje publicado este domingo en la red social “X”, antes Twitter, Valtònyc ha querido reconocer el apoyo recibido durante estos años, “desde la primera persona hasta la última”.
“Hoy he abrazado a la familia, en libertad y en casa; sin vuestra solidaridad no habría sido posible, que ésta sea siempre nuestra mejor arma para hacer frente a la represión”, ha escrito.
Además, Valtònyc ha aprovechado este mensaje para pedir la libertad del rapero catalán Pablo Hasél, encarcelado desde 2021 por enaltecimiento del terrorismo, injurias a la Corona, amenazas y obstrucción a la justicia.
Tras regresar a Mallorca, el rapero tiene aún pendiente un juicio el 21 de noviembre en la Audiencia de Sevilla.
La Fiscalía le pide cinco años de cárcel por un delito de provocación para cometer un atentado y amenazas que no habría prescrito por gritar en un concierto expresiones como “poner una puta bomba al fiscal” o “pegadle un tiro a un guardia civil”.
