Miguel Poveda durante una charla con EFE. EFE/ Javier Herrero

El emotivo homenaje de Miguel Poveda a su padre y a «la Navidad de la silla vacía»

Javier Herrero |

Madrid (EFE).- Miguel Poveda celebra estos días la publicación de su primer disco navideño, «un pequeño refugio entre tantas malas noticias», en el que con su elegante cante flamenco rememora las alegrías de su infancia en Badalona y en el que también brinda un emotivo homenaje a los ausentes, como su padre o su abuela.

«Me hacía tanta ilusión y tenía tantas ganas de hacer algo así, más desenfadado y celebrativo, porque venía de discos más densos o variados y necesitaba permitirme una parcela de alegría, un pequeño refugio después de estar invadido por tantas malas noticias y tanta cosa desagradable», argumenta en una charla con EFE.

El artista, que venía de editar en 2024 su ‘Poema del cante jondo’, recuerda entre risas cómo fue grabar estos temas «entre julio y agosto, en mitad de una gira y a 40 grados» en San Fernando (Cádiz), no muy lejos de la que se considera la «cuna» del villancico flamenco y la zambomba, Jerez, también la tierra de Fernando Terremoto, «que creó una forma distinta» de interpretarlos.

Una «lectura muy personal»

Una «lectura muy personal» de todo eso aparece en ‘El árbol de la alegría’ (Concert Music Entertainment), un disco que desde el viernes está disponible con 10 temas, la mitad de ellos con letras del propio Poveda, como el que da título al álbum y que recupera al niño que fue en la Badalona (Barcelona) de su infancia.

Miguel Poveda durante una charla con EFE.
Miguel Poveda durante una charla con EFE. EFE/ Javier Herrero

«Eran finales de los 70 y principios de los 80 y recuerdo a un niño rodeado de sus tías y que se agarra a esa alegría, porque no siempre era así. Me recuerda a ese chaval que se ponía debajo de la mesa a ver a los cantantes en televisión y soñaba con ser uno de ellos, mientras mis tías jugaban al parchís y contaban chistes verdes», rememora con una sonrisa en el rostro.

Ahí aparece el espíritu de Peret, invocado también como un guiño a un primo suyo que tenía como ídolo al padre de la rumba catalana y que era el que lo acompañaba a la guitarra cuando Poveda empezó a cantar.

Pero el primer corte que surgió de este disco fue otro, ‘Hoy’, según confiesa, cuando durante una estancia en Marrakech le embargó profundamente el recuerdo de su padre fallecido y quiso cantarle a lo que llama «la Navidad de la silla vacía».

«Las pérdidas son muy complicadas y depende de las circunstancias. Lo de mi padre fue por una enfermedad y ese desenlace era muy probable, aunque nunca quieres que ocurra. A él y a mi abuela con esto yo de alguna manera los celebro y les ofrezco gratitud por todo lo que me han dado en vida, la enseñanza y los valores», explica sobre su manera de abordar esas ausencias en fiestas tan familiares.

Pequeña gira

Porque para Poveda eso es lo que caracteriza sobre todo su Navidad. «En mi casa no hemos sido muy religiosos, hemos sido familiares», precisa ante un disco que «no es muy católico» y en el que, cuando canta algún pasaje más bíblico, como en la bulería ‘Los pastores’, canta al «rey de la humildad, de lo sencillo».

Afirma que sigue viviendo la Navidad «como un niño», con la salvedad de que, cuarenta años después de aquellas noches al calor de sus tías en Badalona, él ya ha hecho realidad su deseo más ferviente: «Poder tener la suerte de subir a un escenario y sacar ese fuego interno que he tenido siempre ahí».

Para quienes deseen comprobar cómo suenan en vivo estos temas, tendrán varias oportunidades en una pequeña gira que arrancará el 15 de noviembre en el Auditorio de Roquetas de Mar (Murcia) y que contará con 14 fechas más hasta el 4 de enero en Castellón (Palau de la Festa), incluidas paradas en Cádiz (16 y 17 de diciembre) y Madrid (19 de diciembre).